domingo, 10 de junio de 2018

ESTRELLAS OCULTAS.


 

Nos olvidamos del organillo de la esquina
Música de cincuenta centavos;
y nuestros ojos amanecen parpadeando,
las estrellas comienzan a dormir
su cansancio de espera nocturna,
escondidas entre la lluvia y mi silencio.
Presiento que nos perdimos en el vacío…
en la nada… abismos sin fin,
lo siento aquí, en mi infinito,
en mi vacío que no es vacío,
que sólo es silencio con ecos.
—Cantan las voces del patio,
y remojan los ecos su rostro—.
Se quedan mis pasos,
detrás de los matorrales
donde pudorosa te escondes.
Mi delirio confunde las horas
con el silencio y el vacío.
Hay nubes, hay estrellas ocultas.

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