-Napoleón Lapathiotis-
Apenas
se abrían los pétalos del alba,
una
canción lejana, al fondo de la calle,
pasó
lenta, como si no tocara la tierra,
a
través de mi ventana.
Y
apenas desperté de mi profundo sueño,
como
encantado volví mi cabeza a los sonidos
y
creí que era la voz de un niño perdido
que
se acordaba otra vez de mí…
La
oí apasionada caminar en la calle,
y
cuando se perdió a lo lejos, mis párpados se cerraron
y
mis ojos se llenaron de lágrimas
-acaso de alegría…
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