domingo, 19 de mayo de 2024

ESCRITORES.



Afortunados aquellos que tienen la manos
llenas de la materia de lo imaginado
para dar forma a la copa, al pájaro tallado;
aquellos cuyos dedos sacan de la tecla o la cuerda
el acorde resonante, sencillo y complejo,
red, escuchado.

                   El trabajo de un escritor
se ciñe a la palabra insustancial,
a la imagen que solo puede hallar
su existencia en otra mente.
Trabajamos con el agua, con el viento,
no hacemos ni sostenemos cosa alguna.
Todo lo que podemos formar o cantar
es el temblor de una cuerda intocada,
un aleteo de sombras sobre un muro.

sábado, 18 de mayo de 2024

MITO.

 
Ilustración autor desconocido.


El ciego Homero suplió los ojos
con una memoria absoluta.
Así, él penetró lo invisible:
el inmortal espíritu humano.
 

viernes, 17 de mayo de 2024

Y TE DESPIERTAS.



Y te despiertas...
-o, tal vez, sea el mundo el que lo haga-
con un dulce sabor a cuna que nunca llegaste
a abandonar y el sopor de unas sábanas triste
que, poco a poco, te resultan más ajenas.

Sigues sin querer abrir los ojos y te subes
a esa inmensa oruga humana con el ritmo
ordenancista de los días que van cayendo
dentro de un almanaque estático e invisible.
Sólo te alcanza el sudor y la queja unánime.

Esos seres adocenados son lo único que
te recuerda que eres figura sobre fondo;
débil cuerpo silente; movimiento en la quietud.

¿Acaso sueñas todavía en la cuna que se mece?
No, ya no. Soñar es lo más parecido a no existir
y tú estás simplemente Muerto.

jueves, 16 de mayo de 2024

CENIZAS EN LA BOCA. Brenda Navarro.

La escritora mexicana Brenda Navarro publica “Cenizas en la boca”, más que una novela puro dialogo que escuece y calma.
 
SINOPSIS: Diego salta desde un quinto piso y desde entonces esa imagen no deja de taladrarle la cabeza a su hermana: seis segundos y un cuerpo estrellándose contra el suelo. Es ella quien echa la vista atrás y cuenta la historia de los dos hermanos. Su llegada al mundo en un hogar en el que la vida nunca fue justa. Los años que pasaron en México con sus abuelos, mientras su madre se buscaba la vida en España, y era ella, aún niña, quien se hacía cargo de Diego. La etapa en Madrid, una ciudad que no entendían y que tampoco los entendía a ellos. La primera separación, cuando ella se marchó a Barcelona a abrirse camino y su hermano se quedó en el lugar que más odiaba. Y el regreso de ella, cargando las cenizas de Diego, a un México muy distinto al que recordaba.
 
 
 
 
 
 
La segunda novela de Brenda Navarro empieza con un final: un suicidio. No has entrado en la primera página y ya estás atrapado en la lectura. Lo cuenta la hermana del suicida, una mujer que queda marcada para siempre por la muerte de su hermano, pero que ya lo estaba antes por otras circunstancias como ser mujer joven, inmigrante, empobrecida y unos condicionantes familiares. Pero la obra es más que un cuestionamiento, es un atragantamiento continuo, un tirar para adelante porque no queda otra, una amalgama de temas que atrapan.
Suicidio y emigración son, a priori, las dos grandes tramas que enzarzan “Cenizas en la boca”, pero en realidad la novela aborda otra decena de trascendentales cuestiones: la maternidad sola, el desarraigo, el racismo, el trabajo precario, las trabajadoras de cuidados internas, los derechos laborales y el sindicalismo, el acoso en la escuela, la violencia en México.
“Cenizas en la boca” se pregunta constantemente cuánto vale la vida, y cómo le asignamos valor no es nada difícil conectar con estas preguntas. Rabia, culpa, rencor, impotencia; pero también hay la voluntad de perdonar, de intentarlo, de vulnerabilidad.
Es una historia personal, sí, pero es también la de muchos otros. Escribir desde el duelo, la pérdida y con unas preguntas sin respuestas. Lo difícil que resulta afrontar el que un familiar decida quitarse la vida.
“Cenizas en la boca” magnífica imagen, poderoso correlato de la novela, es también una novela femenina y feminista en tanto que pone su mirada en el fenómeno migratorio visto desde las mujeres.
 
No había toda una vida por delante, al contrario. Migajas, piezas de rompecabezas sueltas, un reloj con un tic tac avanzado y una serie de acontecimientos abollados.
“Cenizas en la boca” está construida en cuatro partes que alternan periodos en México y en España. La memoria de la narradora  articula un mosaico de situaciones que van del presente a la infancia, a las vivencias más recientes de ella misma, a su hermano Diego, eje del relato, y el entorno familiar y social. Formando ese círculo perfecto que empieza y acaba con la misma frase.
Si el arranque de la novela ya impacta no lo hace menos la narrativa utilizada, callejera, versátil y mezcla del habla de lugares dispares.
De lenguaje nutrido, vivo y cambiante, juega muy a favor de la narración, el recurso de la primera persona de la protagonista, a modo de dialogo interno y desordenado. Con una narrativa intensa, cruda, sincera y demoledora, Brenda Navarro os habla con valentía del desarraigo y la xenofobia. Todas las violencias posibles.
La autora sabe del poder de las palabras, de cómo es preciso llamar la atención desde la primera línea.
Sus novelas abren la realidad y muestran lo feo y lo difícil de estar vivas en un mundo cada vez más hostil. La escritora mexicana es aguda y penetra en los intersticios estrechos y se mueve en el filo de la navaja.
 
En “Cenizas en la boca” hay una tremenda conversación de la protagonista con ella misma al tratar de otorgarle sentido a los acontecimientos que han signados su vida y que están marcados por el dolor y el sufrimiento. La protagonista necesita encontrar respuestas. A modo de crónica su personaje ofrece detalles sutiles para conectar esos recuerdos con el lector con una memoria reconstruida; pero funciona como una novela coral, porque es de alguna forma el relato de todos los personajes que la pueblan. La narradora sirve como hilo conductor de todas las historias de la gente que la rodea. Tiene alma y muchas voces.
Con unos personajes agarrados  con alfileres. Dicho eso con sentido elogioso, porque la fragilidad con la que están construidos es la que realza la fortaleza literaria, la rotundidad de los mismos.
Navarro describe, no juzga, muestra para que quien lee decida si quiere catalogar o no, si quiere entender o rechazar. Porque, en lugar de atosigarlos con estereotipos, os regala unos personajes magníficamente construidos en sus cualidades. La humanidad, por encima de todo.
La protagonista encarna su propio síndrome de Ulises y recorre las viñetas de una vida errante dando tumbos por México, Madrid y Barcelona. Un viaje físico y emocional por un mapa de curros precarios, una madre distante, activismo para mujeres migrantes, la cruz de un hermano lleno de rabia y sobre todo de silencio, el vértigo de la desesperación y la perdida.
 
Leerla es un viaje emocional intenso. Es un libro duro, mucho. Es desgarrador. Pero aun así es necesario. Hay que leer a Brenda Navarro.

domingo, 12 de mayo de 2024

POR LOS MANOS CAMINOS IBA.


Por los malos caminos iba,
Eran dolorosamente inseguros y
Tus manos queridas me guiaron.

En el horizonte lejano, pálidamente,
lucía una frágil promesa de alba;
Y tu mirada fue la mañana.

Ningún ruido, salvo sus pasos sonoros,
Nada estimulaba al viajero.
Y me dijo tu voz: "¡Sigue caminando!"

Mi corazón, temeroso y sombrío,
A solas lloraba, por esa triste senda;
El amor, vencedor maravilloso,

Nos reunió en la felicidad.
 

sábado, 11 de mayo de 2024

ECHO DE MENOS LA OPORTUNIDAD DE TEMBLAR.

 
 
una taza se rompe
y de repente
el cráneo de un gato contra la acera
el esqueleto de un pájaro 
las cien púas de un erizo
el aguijón de todas las avispas
vuelven a quebrarse ante mis ojos

agradecen mi compañía
con su obstinada sombra

no sé de qué hablan cuando dicen frío
no sé de qué hablan cuando dicen silencio
 

viernes, 10 de mayo de 2024

CANCIÓN.

 

Quien tanto veros desea,
señora, sin conosceros,
¿qué hará, después que os vea,
cuando no pudiere veros?

Gran temor tiene mi vida
de mirar vuestra presencia,
pues amor en vuestra ausencia
me hirió de tal herida;
aunque peligrosa sea,
delibro de conosceros,
y si muero porque os vea,
la victoria será veros.
 

lunes, 6 de mayo de 2024

TINTA SIMPÁTICA. Patrick Modiano.

Siempre hay curiosidad por leer cualquier nueva publicación del Premio Nobel de Literatura 2014. Un novelista de largo recorrido y un autor con un tema recurrente: la memoria “Tinta simpática” es un relato existencial donde reflexiona sobre la identidad, los afectos, la memoria, el tiempo y el olvido.
 
SINOPSIS: Un aprendiz de detective llamado Jean Eyben recibe el encargo de la agencia Hutte, para la que trabaja, de seguir el rastro de una mujer. La mujer se llama Noëlle Lefebvre, y el joven investigador la persigue infructuosamente. Treinta años después, retoma por su cuenta ese caso y continúa las pesquisas. 
En esos dos periodos de tiempo, Eyben va en busca de un fantasma. Recorre las calles por las que ella transitó, trata de encontrar alguna carta, localiza una agenda, habla con personas que la conocieron, husmea en su tal vez agitada vida sentimental. Y lo que van aflorando son pistas difusas, ecos del pasado: un Chrysler descapotable, un tal Sancho, un verano, un lago, un aspirante a actor... Sombras, retazos de memoria, recuerdos que el tiempo distorsiona o borra. ¿Quién es Noëlle Lefrebvre, la mujer en fuga, la mujer desvanecida? ¿Y quién es Jean Eyben, el hombre que sigue su huella, el hombre que vive obsesionado por su ausencia?
 
 
“Tinta simpática” es un Modiano en estado puro, una obra en la que os sumerge en su peculiar manera de ver las cosas y sus obsesiones, a través de una historia que se presenta con aires detectivescos, desarrollada en el París actual.
Es una novela sobre la escritura, un relato metafísico sobre el estrecho vínculo entre la palabra y la memoria, los signos y el olvido. Defraudará a los que busquen una novela policial, pero fascinará a los que disfrutan con las tramas reflexivas.
En la presente ocasión se zambulle en la ficción pura y dura. En este caso, Jean Eyben, un joven aprendiz de detective de la agencia Hutte, recibe el encargo de buscar a una mujer llamada Noëlle Lefebure. Con pocos datos sobre ella, la búsqueda será infructuosa. Treinta años después, reanudará aquella investigación y aunque el entorno es el mismo, las pistas parecen también diluirse en la niebla de los años.
Una investigación que parece muerta y perdida entre la bruma de los recuerdos de todas aquellas personas que conocieron a la desaparecida Noëlle Lefabure.
Una ficción donde se hablará del amor con el estilo poético tan definido del autor. Un lugar donde el enigma se fusionará con la pasión y la evocación.
Es curioso el tema al que acude siempre Modiano, el de los recuerdos y en este caso especialmente, el del olvido: esos espacios en blanco que puede ser que de repente regresen a nosotros cuando ya los creíamos perdidos o que no aparezcan nunca más. Una preocupación constante en el hombre, la de su propia identidad y la posibilidad de perderla al quedar sin memoria.
El protagonista va escribiendo su proceso de investigación en un cuaderno, cuyas páginas coinciden con las de la novela que estáis leyendo.
 
El cuadro que desencadena cualquier narración de Modiano se caracteriza por unos pocos elementos: hay algo que buscar, por lo general, una persona; los motivos que justifican esa búsqueda son inexplicables, caprichosos, irracionales, el resultado inmediato es insatisfactorio; la pulsión a favor de esa búsqueda se sostiene en el tiempo aunque hayan desaparecido las razones originales que la justificaban. El tiempo agrega periódicamente, pequeñas piezas al rompecabezas; pero nada hace asegurar que el enigma se resuelva.
Modiano construye con estos tules un espacio mítico. Y cuánto se agradece que, para narrarla, el autor, os deslice su estilo depurado y desintoxicante. El hechizo de la fábula posmoderna no se rompe en ningún momento.
Sutilmente os atrapará en una red de sutilezas, os tendrá conquistados hasta el final con su finura.
Ese escenario hecho de palabras en el que el escritor francés explora el laberinto de la memoria y del olvido. El hombre es sólo un transeúnte que lo va olvidando todo, en el que las preguntas muchas veces conducen a nuevos enigmas. Una novela absorbente, puro virtuosismo literario de un maestro que, libro a libro, va depurando su estilo.
La literatura escrita desde la autenticidad siempre acaba imponiéndose. Cuando es muy personal y de un estilo muy marcado.
En efecto, la vida se entreteje con hilos embrollados, es fragmentaria y escurridiza y está repleta de misterios.
 
De verdad, no es para menos el librito que nos ocupa. Sus páginas fantasmales traen, desde la lejanía, la voz de un Modiano insuflada sobre el personaje de Jean Eyben, un aprendiz de detective.
Desde el primer instante vemos en el protagonista el reflejo de una inquietud existencial que permanecerá dentro de él. Cabe señalar que parece haberse aferrado a esa inseguridad como garantía de autenticidad de sus obras. La timidez de su protagonista es el medio y el mensaje, y el autor balbuceó hasta el último día como alguien que fue testigo de una muerte dudosa. El desamparo central de Noëlle Lefebure es ante una página vacía o atiborrada.
Patrick Modiano es el escritor del desamparo. Sus personajes buscan el calor humano que el pasado les negó y a él se aferran como lapas. Sus personajes, incluso los más velados y tenues, se imponen a la imaginación del lector con la importa de los sueños. Y la atmósfera, que rodea como una tela de araña sus historias, se enseñorea del argumento, de los personajes, para acabar siendo la fina sustancia de su literatura. Una pirueta narrativa.
En casi todas estas novelas el escenario es París. Una ciudad convertida en complejo personaje literario que corresponde a las emociones, las dudas y los heroicos fracasos del narrador. El París de Modiano late, sufre, recuerda.
 
Patrick Modiano siempre fiel a sus temas. Desamparo, dolor, silencio: he aquí su fascinante mundo novelístico.

domingo, 5 de mayo de 2024

DOBLE PREGUNTA.



He visto una hilera de esclavos en la avenida central,
otra de harapientos en el puerto.

He visto gente tiritando de frío;
otra que apunta con sus risas a sus cráneos.

Preguntemos al tiempo qué vergüenza es esa
para que desaparezcan de las ciudades.

He visto a las niñas durmiendo bajo el puente,
perros flacos, matorrales y raíces secas
que se marchitan en el fuego.

He visto a los jóvenes saltar las vallas
y su correr ante los gases que les lanzaban para que parasen.

He visto cuerpos desnudos con ojos apagados
en una enorme montaña de teléfonos móviles
con una antena en lo alto.

Preguntémonos si esa cruz que no emite ni recibe
señales es la que sustituye a esa otra bandera
que se pone en la cumbre.
 

sábado, 4 de mayo de 2024

ME SOBRA EL CORAZÓN.

 
-Miguel Hernández-
 
Hoy estoy sin saber yo no sé cómo
hoy estoy para penas solamente,
hoy no tengo amistad,
hoy sólo tengo ansias
de arrancarme de cuajo el corazón
y ponerlo debajo de un zapato.
Hoy reverdece aquella espina seca,
hoy es día de llantos en mi reino,
hoy descarga en mi pecho el desaliento
plomo desalentado.
 
No puedo con mi estrella,
y me busco la muerte por las manos
mirando con cariño las navajas,
y recuerdo aquel hacha compañera,
y pienso en los más altos campanarios
para un salto mortal serenamente.
 
Si no fuera… ¿por qué?... no sé por qué,
mi corazón escribiría una postrera carta,
una carta que llevo ahí metida,
haría un tintero de mi corazón,
una fuente de sílabas, de adioses y regalos,
y ahí te quedas, al mundo le diría.
 
Yo nací en mala luna.
Tengo la pena de una sola pena
que vale más que toda la alegría.
 
Un amor me ha dejado con los brazos caídos
y no puedo tenderlos hacia más.
¿No veis mi boca qué desengañada,
qué inconformes mis ojos?
 
Cuanto más me contemplo más me aflijo:
cortar este dolor ¿con qué tijeras?
 
Ayer, mañana, hoy
padeciendo por todo
mi corazón, pecera melancólica,
penal de ruiseñores moribundos.
 
Me sobra el corazón.
 
Hoy descorazonarme,
yo el más descorazonado de los hombres,
y por el más, también el más amargo.

No sé por qué, no sé por qué ni cómo

me perdono la vida cada día.