El
cielo grisáceo.
Las
luces apagadas.
El
viento en la cara.
La
gata durmiendo al lado.
Las
persianas cerradas.
El
velador prendido.
Siddharta
y Govinda.
El
horario quejumbroso.
El
sonido del silencio.
La
quietud de los objetos.
El
silencio hace sentir.
Osvaldo:
"contame una historia”, con Adrián Guida.
Se
seca la tinta.
Limpios
quedan los pinceles.
El
silencio hace pensar.
Buscas
alguna distracción:
“Los
días que siguieron fueron absolutamente extraordinarios,
porque
extraordinario era el comportamiento de mi amigo”.
Una
siesta como un entretiempo.
Mejor
suerte para la próxima.
Final.
Muy bonito poema, me ha trasmitido mucho, y la imagen es sencilla pero bonita, cargada de valor
ResponderEliminar¡un abrazo!
Muchas gracias. Me alegro que te guste tanto el poema como la ilustración.
Eliminarun saludo. Un abrazo.