domingo, 10 de noviembre de 2024

LOS PAREDONES DE PRIMAVERA.


 
No enseñaré a mi hijo a trabajar la tierra
Ni a oler la espiga
Ni a cantar himnos.
Sabrá que no hay aromas cristalinos
 
Ni a oler la espiga
Ni a cantar himnos.
Sabrá que no hay aromas cristalinos
 
Ni agua clara que beber.
Su mundo será de aguaceros infernales
Y planicies oscuras.
 
De gritos y gemidos.
De sequedad en los ojos y la garganta.
De martirizados cuerpos que ya no podrán verlo ni oírlo.
Sabrá que no es bueno oír las voces de quienes exaltan el color del cielo
 
Lo llevaré a Hiroshima. A Seveso. A Dachau.
Su piel caerá pedazo a pedazo frente al horror
Y escuchará con pena el pájaro que canta.
 
La risa de los soldados
Los escuadrones de la muerte
Los paredones en primavera.
 
Tendrá la memoria que no tuvimos
Y creerá en la violencia
De los que no creen en nada.

sábado, 9 de noviembre de 2024

AMOR CONSTANTE, MÁS ALLÁ DE LA MUERTE.

 
 
Cerrar podrá mis ojos la postrera
sombra que me llevare el blanco día,
y podrá desatar esta alma mía
hora a su afán ansioso lisonjera;
 
mas no, de esotra parte, en la ribera,
dejará la memoria, en donde ardía:
nadar sabe mi llama la agua fría,
y perder el respeto a ley severa.
 
Alma a quien todo un dios prisión ha sido,
venas que humor a tanto fuego han dado,
medulas que han gloriosamente ardido,
 
su cuerpo dejará, no su cuidado;
serán ceniza, mas tendrá sentido;
polvo serán, mas polvo enamorado.

viernes, 8 de noviembre de 2024

SUEÑA.



Cuando cierras los ojos, duermes
Cuando cierro los míos, sueño...

Debajo de mis párpados
Hay un mundo nuevo.
El pasto siempre es verde,
Y es azul el cielo.

Yo cierro mis ojos
Y vuelo con el viento,
Siempre reina la alegría
No existe el lamento.

El mundo es tan hermoso
Cuando mis ojos están cerrados,
Mi universo eres tú
Y con las estrellas yo hablo.

Camino entre las nubes,
Soñando a tu lado.

Cuando cierras tus ojos, duermes
Cuando yo abro los míos,
Todavía estoy soñando.
 

domingo, 3 de noviembre de 2024

Y ESCRIBIR TU SILENCIO SOBRE EL AGUA.


 
No sé si es sombra en el cristal, si es solo
calor que empaña un brillo; nadie sabe
si es de vuelo este pájaro o de llanto;
nadie le oprime con su mano, nunca
le he sentido latir, y está cayendo
como sombra de lluvia, dentro y dulce,
del bosque de la sangre, hasta dejarla
casi acuñada y vegetal, tranquila.
No sé, siempre es así, tu voz me llega
como el aire de Marzo en un espejo,
como el paso que mueve una cortina
detrás de la mirada; ya me siento
oscuro y casi andado; no sé cómo
voy a llegar, buscándote, hasta el centro
de nuestro corazón, y allí decirte,
madre, que yo he de hacer en tanto viva,
que no te quedes huérfana de hijo,
que no te quedes sola allá en tu cielo,
que no te falte yo como me faltas.