No
había leído nada de la autora. El caso es que cuando me tropecé con el libro en
la biblioteca me sentí atraído. Un relato, sobre el amor romántico, los roles
de género y el trauma de hombres y mujeres durante la Primera Guerra Mundial.
SINOPSIS: Una desgarradora historia
sobre las consecuencias de la guerra, el amor y sus sacrificios.Jenny ha anhelado largo
tiempo el regreso de su primo, Chris Baldry, desde las trincheras de la Primera
Guerra Mundial. El que retorna es, sin embargo, un hombre sometido a una
transformación total: tiene amnesia, no recuerda los últimos quince años y está
obsesivamente enamorado de una mujer que no es su esposa Kitty, a la que ni
siquiera reconoce. Sus intentos por dar sentido a la vida que tenía antes tendrán
consecuencias imprevisibles para aquellas que lo aman.
Un
clásico británico del S. XX. Rebecca West supo contar como pocos las grietas
que se abren silenciosas y lentas en los paraísos emocionales, familiares y
colectivos. La pérdida que lo ensombrece todo para iluminar la verdadera
naturaleza de las personas que se quedan.
En
las primeras páginas de la novela ya se hace hincapié en la realidad social a
la que se enfrentaron las mujeres de la época.
Ambientada
y escrita alrededor de la Primera Guerra Mundial, la novela no solo pone frente
al espejo el drama de los combatientes de la cruel guerra, sino que aprovecha
la trama para ejemplificar, por primera vez, en la época los dramáticos efectos
psicológicos de un conflicto tanto en los soldados como en sus familiares,
mientras traza un tenso y apasionante retrato sobre el sacrificio, el
arrepentimiento y la brutalidad de la guerra, capaz de alterar
irremediablemente nuestra compresión y nuestra barbarie.
Entre
los temas que denuncia “El regreso del soldado”, de 1918 destaca el interés por
una enfermedad que, aunque hoy nos resulte incuestionable, se rechazó durante
casi un siglo.
West
escribe una novela incómoda que sorprende por el momento en que fue concebida
ya que trata muchos temas que son comunes en nuestra sociedad actual. West no
tiene problema en marcar el clasismo, en señalar la infelicidad conyugal, el
adulterio o insinuar las relaciones homosexuales. Y tampoco lo tiene en tratar
la amnesia y la neurosis como solución a los problemas de aquella la sociedad.
La
novela se puede clasificar de sensibilidad y hondura a flor de piel atemperada
por la racionalidad de una mujer que dio muestras de conocer la naturaleza
humana desde muy joven y saber recorrer sus laberintos emocionales.
Rebecca
West bucea en las emociones y los fantasmas de nuestro interior con la
delicadeza de una bailarina y la valentía de un acróbata. La historia aparece
así ante nuestros ojos como una pieza de danza o una acrobacia que emociona a
quien lo ve.
En
el contexto de la literatura de la Gran Guerra, la novela de West, se puede
leer como una alienación de testigos ya que el trauma se convierte en evidencia
con la ayuda de un testigo, un interlocutor y un narrador. Repleta de matices y
realidades de una época histórica convulsa.
Con
un hermoso y delicado lenguaje “El
regreso del soldado” supone una mirada lúcida sobre un acontecimiento
histórico, la Primera Guerra Mundial, y retrata con agudeza la sociedad
convencional de la época. De este modo, la novela, funciona como una narración
envolvente en la que se produce una progresiva recuperación del pasado a través
de un constante vaivén temporal.
Una
lectura fulgurante, con trasfondo espiritual, la narración lenta y reflexiva
conduce a la más cruda realidad, con la intención de poner en evidencia el
juego y el contraste entre pasado y presente.
Se
trata de una obra literaria con mucho potencial, que se presta a muchas
lecturas y desde muy diversos ámbitos. Como una autentica obra de arte, evoca y
cuestiona, y es fuente inagotable de significados.
La
compleja relación del alma humana con sus propias contradicciones y deseos en
un mundo donde la traición también se erige en protagonista y su ambigüedad y
complicidad obligan a una ineludible reflexión moral.
Es
dura e implacable y torna implacable al lector que no puede enjuiciar a cada
uno de los personajes, tanto en sus actos como en sus palabras, dejando flotar
en el aire un dilema de la duda sobre la amnesia del protagonista.
Ante
todo, es un relato preciso y lúdico de la psicología femenina, dentro del
triángulo, hay tres protagonistas femeninos. La esposa de Kitty, es una mujer
joven preciosa, con un carácter egoísta y frívolo. Ha vivido la muerte de su
único hijo y de repente tiene que hacerse a la idea que su marido Chris, recién
llegado del frente, no guarda ninguna memoria de ella.
En
cambio, Jenny, la prima, se muestra más comprensiva, apreciándose en ella un
amor sincero hacia su primo. La otra figura femenina de este curioso triangulo
es Magaret, muestra es su piel y en su cuerpo los estragos de una vida dura,
procede de una clase social inferior. Chris fue su amor de juventud y ambos
retoman un idilio que se vio interrumpido por los celos y la mala suerte.
Chris,
el personaje sobre el que gira la novela, es un hombre que no entiende qué le
pasa porque cree que no le pasa nada, solo cuando se mira al espejo es
consciente que su cerebro está 15 años atrás pero su cuerpo no.
Una
cosa a destacar de las dos figuras femeninas más cercanas a Chris, su esposa y
su prima, es la frivolidad, el materialismo y la arrogancia clasista. Estos
rasgos se ponen de manifiesto a lo largo de toda la novela y adopta expresiones
y matices muy variados.
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