-Gema Bao-
Tú mirada huele a tierra mojada por el rocío de la mañana.
Tiene la sinuosidad de las sábanas desprendidas después del
sexo.
Guarda la intensidad del mar.
Tú mirada noquea y abraza.
Se encalla en la retina perenne, como quien se niega a huir de
donde fue feliz.
Tal vez, tú mirada sea refugio, puede que sea alba.
Qué bonito.
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