El
mundo es muy muy grande y hay millones de especies de animales.
En
Sierra Morena hay muchísimas especies y entre ellas podemos encontrar jabalíes,
conejos, búhos, linces, ciervos y por supuesto, lobos.
En
Sierra Morena existen animales de granja y animales salvajes y como ocurre en
este lugar, a menudo juegan y conviven perfectamente juntos.
Pero
una noche, mientras todos dormían, varias gallinas y un par de ovejas
desaparecieron ¡sin dejar ni rastro!
Al
amanecer, todos los animales se sorprendieron de aquello y buscaron inútilmente
a las gallinas y a las ovejas por todas partes.
-¡Ha
sido el lobo! ¡Ha sido el lobo! -gritaban
las urracas-.
-¡Ha
sido el lobo! ¡Ha sido el lobo! -sugerían unos buitres que por allí pasaban-.
-¡Pero
si yo sólo fui al servicio! ¡No sé nada! -comentaba en tono triste el pobre
lobo-.
Al
pobre lobo lo desterraron de allí:
-¡No
vuelvas nunca más por aquí! -le gritaban los animales-.
-¡Te
has comido a las gallinas y a las ovejas!
Y
el lobo desapareció apenado mientras veía a sus amigos cada vez más y más lejos.
-¡Pero
si yo no he hecho nada! -pensaba el lobo una y otra vez–.
Aquí
ha pasado algo ¡y lo voy a descubrir!
Y
empezó a recorrer toda la zona en busca de alguna prueba.
Pasó
por el río, por las montañas más altas, por el acantilado del norte... y nada.
Hasta
que de repente pasó por una cueva y decidió entrar.
¡Y
allí estaban! atrapados en un agujero.
-Estábamos
buscando aventuras por la noche -comentaban los animales arrepentidos-.
El
lobo, sin esperar ni un minuto, buscó la rama de árbol más larga y los sacaría
de allí.
Cuando
el lobo apareció con las gallinas y las ovejas los demás no se lo podían creer.
Tras pedir disculpas al
lobo por haberlo culpado sin pruebas, todos lo mantearon y volvieron a jugar
juntos como siempre.AUTOR: Miguel Cerro.
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