El
hombre, monótono universo,
Cree
extender sus bienes
Y
de sus manos febriles
No
salen más que límites sin fin.
Unido
sobre el vacío
A
su hilo de araña,
No
teme y no seduce
Sino
el propio grito.
Repara
lo gastado alzando tumbas,
Y
para pensarte, Eterno,
No
tiene más que las blasfemias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario