martes, 13 de febrero de 2018

TE AMÉ A LOS QUINCE AÑOS.









Te amé a los quince años, cuando había

levantado su vuelo la mañana,

y habitaba en mi canto la temprana

luz cimera de alegre bandería.



A los treinta te amé, cuando lucía

su plenitud de afanes mi besana,

y ubio de hogar templaba la lozana

desmesura de ti que me investía.



A los cuarenta y cinco, verdecía

tenaz el árbol, floración ufana

que cuajara su mes en cotidiana

oferencia de amante idolatría.



Y hay rosas de pasión y atardecida

para el rondel de los sesenta abriles,

que a los setenta y cinco se abocaran:



si a los noventa llega la partida,

no aflojaran las riendas que, febriles,

sólo al morir su impulso cancelaran.

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