viernes, 30 de abril de 2021

PABLO DIBUJA.

 
 Pablo dibuja,
un toro infinito,
fuerte,
debajo del toro
una madre,
una madre
que grita al cielo,
-sus ojos son dos lágrimas-
el niño y sus ojos blancos,
el niño muerto,
para siempre,
en los brazos de su madre.

Pablo dibuja,
una paloma imperceptible,
sus alas rotas.
Un soldado muerto,
su cabeza y sus brazos,
desparramados,
una mano vacía
y en la otra,
una espada rota,
una espada rota y una flor.

Pablo dibuja,
una lámpara inmensa,
alumbra
el cuerpo de un caballo,
hermoso,
potente,
su carne abierta
por una herida oscura,
y una lanza
que lo atraviesa.

Pablo dibuja,
una mujer arrodillada,
otra mujer
que con su mirada busca,
lleva en su mano
una vela encendida.

Pablo dibuja,
una casa en llamas
desde sus fauces
como una chispa,
como un grito,
un desgarro,
una mujer sale
sus brazos y sus ojos
hacia el cielo,
como preguntando,
tal vez a dios,
tal vez a los aviones.
 

domingo, 25 de abril de 2021

SECCIÓN DORADA.

 
Imposible ser a la vez 
la chica callejera, la ninfa sabia,
la chica mala y la hembra cautiva.
Es un número irracional
escapó de la habitacón dorada 
la medida de todas las mujeres que he sido.
Como la idea que tuviera de mi misma
en el original mada más que la copia.

Es una multitud la que me expropia.
 

sábado, 24 de abril de 2021

PÓRTICO.


 

Este libro es la sombra de mi vida
fantasma de mi alma y de mi hora,
luz de jazmín en la pared derruida,
lágrima pura que la tarde dora.

Yacente estatua de la luz perdida
de la alta noche en la inquietante flora,
que en abismos de sombra sumergida
crea bajo los párpados la aurora.

En cuerda de violín, llamas y bruma.
Ala del ángel que me da la pluma
para que exprese mi temblor divino,

esto que apenas es y ya se pierde.
Fugaz grandeza de la rama verde,
brazo de flor y pedestal de trino.

viernes, 23 de abril de 2021

LARGO PÉTALO DE MAR. Isabel Allende.

Me confieso un profundo admirador de Isabel Allende. He leído casi todos sus libros y en esta última etapa en que ha regresado a su origen o, dicho de otro modo, en la que ha vuelto a escribir como lo hacía hace años, cuando comenzaba con “La casa de los espíritus” o “Paula”, me he vuelto a encontrar a esa Isabel inventada como ella misma se define.
 
SINOPSIS:
En plena Guerra Civil española, el joven médico Víctor Dalmau, junto a su amiga pianista Roser Bruguera, se ven obligados a abandonar Barcelona, exiliarse y cruzar los Pirineos rumbo a Francia. A bordo del Winnipeg, un navío fletado por el poeta Pablo Neruda que llevó a más de dos mil españoles rumbo a Valparaíso, embarcarán en busca de la paz y la libertad que no tuvieron en su país. Recibidos como héroes en Chile -ese «largo pétalo de mar y nieve», en palabras del poeta chileno-, se integrarán en la vida social del país durante varias décadas hasta el golpe de Estado que derrocó al doctor Salvador Allende, amigo de Víctor por su común afición al ajedrez. Víctor y Roser se encontrarán nuevamente desarraigados, pero como dice la autora: «si uno vive lo suficiente, todos los círculos se cierran».
Un viaje a través de la historia del siglo XX de la mano de unos personajes inolvidables que descubrirán que en una sola vida caben muchas vidas y que, a veces, lo difícil no es huir sino volver.
 
 
Isabel Allende sacará a relucir en esta novela sus grandes dotes como contadora de historias, y os irá envolviendo con una narración amena, cálida. Consecuencia de ello, recupera la parte más histórica de su trayectoria literaria. Para ofreceros una novela de matices que aúna dos de sus lugares fetiche: España y Chile. Así, encarando la historia de tantas y tantas personas que pasaron por situaciones parecidas a las de los protagonistas de la obra, os hará vivir los acontecimientos históricos más importantes de ambos países gracias a las vivencias personales de Víctor Dalmau y Roser Bruguera; dos amigos de toda la vida que se hacen pasar por matrimonio para sobrevivir a la Guerra Civil. Una narración que aborda por primera vez la autora chilena sobre la Guerra Civil Española mezclándola con el destino de la historia de Chile.
Sólo de la exquisita pluma y la mirada serena que nace de la magnífica documentación que lleva a cabo la autora sobre temas tan dolorosos como la Guerra Civil Española, los campos de refugiados franceses y el exilio, se puede mostrar al lector el horror de aquellos acontecimientos, pero también, y no es menos cierto, la capacidad y grandeza del ser humano para sobreponerse a la crueldad de aquellas vidas que vivieron.
Novela de desarraigos y nuevos arraigos, se va perfilando a través de historias de dolor, de exilio, de amistad, de amor… y el papel que, en este entramado, juega el entorno social: el acompañamientos en la huida, el establecimiento en los nuevos lugares, todo lleva a entender –como dicen sus protagonistas- que “En una vida caben muchas vidas”.
Y por supuesto lo consigue a través de sus personajes principales. Viviréis la historia real de una España enfrentada y desangrada, a través de la suya, cruda y trágica; las ilusiones truncada de tantos jóvenes que se vieron envueltos en el sin sentido y la muerte; de una Guerra Civil que ellos no empezaron. La huida, el miedo  y el frío a través de las montañas para llegar a Francia, y la miseria y el hambre. Chile los acogió, hasta la caída de Allende; donde todo vuelve a empezar.
“Largo pétalo de mar” es como se refería el poeta Pablo Neruda a nuestro país. Una historia que rinde homenaje a la travesía del Winnipeg 80 años después de que transportara a tierras chilenas más de dos mil republicanos españoles exiliados de su patria tras la finalización de la Guerra Civil Española.
La mayoría de las grandes historias, épicas y transformadoras, trascendentes y revolucionarias pero siempre muy humanas, parten de la necesidad frente a la imposición de la rebeldía o del exilio en defensa de los ideales. Casi todo lo que merece la pena contar trascurre cuando el ser humano da ese salto sobre el abismo para divisar con claridad que todo se siente más relevante con el espaldarazo de la posible conquista.
En conclusión, una gran novela, he sentido que Isabel recuperaba el tono que tanto me gusta de sus primeras novelas, la forma de contar la historia y presentar a los diversos personajes que hacen sentir muy dentro de la novela, imaginar perfectamente cada cosa que ocurre, un relato de amores y desamores, de lealtad y fortaleza, de exilio y esperanza.
 
Confieso que el principio de la novela se me hizo un poco extraño. No me hubiese imaginado a Isabel Allende narrando la Guerra Civil. En su voz me resulta algo ajena y más lejana. No ha sido cuestión de la trama, ni de los personajes, ni la forma de contar. Simplemente creo que es la novela más realista de la autora. La que ofrece una realidad que todos sabemos por lo que hemos leído. Y sospecho que eso era un poco lo que me descuadraba de la historia. Estoy convencido que en Chile se ha movido mejor y con mayor soltura. Quizás porque precisamente esta parte es más conocida para la escritora y un tanto desconocida para mí.
Nos trae la escritora una nueva novela en la que por primera vez parte de la historia tiene  como protagonista a España, es aquí donde trascurre la primera parte de “Largo pétalo de mar”, con la Guerra Civil como coprotagonista. No es lo más interesante de la novela,  quizás porque he leído bastantes novelas de la Guerra Civil que entran con mayor profundidad en la misma, algo que por otra parte no es lo que pretende la autora, pues de hecho son pocas páginas las que Allende dedica a la misma. En cambio importa ese éxodo masivo hacia Francia y lo que allí tuvieron que padecer. También es cierto que eso podemos encontrarlo en otras novelas y de un modo mucho más detallado.
La escritora chilena tiene el bagaje suficiente para contar la historia de los personajes y la historia de los dos países de una manera bella y cercana. Esta es la premisa inicial de una novela escrita con una trama tan interesante como atrayente, llena de sentimientos, de crítica social y política. Me ha gustado como mucho la autora describe las emociones de los personajes y el arte que tiene para entremezclar varias historias de diferentes familias. En cuanto al ritmo, me ha parecido acertado y los acontecimientos muy creíbles, ya que en situaciones extremas y con el paso del tiempo, la vida puede dar muchas vueltas.
Por las páginas de esta novela trascurren buena parte de los sucesos que tuvieron lugar en esos dos países durante el siglo XX, pero Allende consigue que no tomen las riendas de la novela, sino que sean las pequeñas historias, las vidas de las personas y de los personajes, las que se conviertan en protagonistas, rindiendo así un homenaje a las miles y miles de personas anónimas pero únicas e importantes que vivieron aquellos acontecimientos. También rinde un pequeño homenaje a algunos de los grandes nombres de la época, como el propio Pablo Neruda o Salvador Allende entre muchos.
En este libro la política tiene un gran peso. Determina y delinea las vidas de los Dalmau y de los Solar, dos familias protagonistas, que están muy presentes a lo largo de todo el libro. El contexto histórico y la realidad se mezclan con la ficción en “Largo pétalo de mar”, ambas partes caminan de la mano.
El hilo que conecta toda la historia es la supervivencia, a través de los dramas y las dificultades que secan lo peor y lo mejor de los seres humanos. Relatos que iréis leyendo a lo largo de la obra adquieren aún más sentido por traer a la memoria las dramáticas secuelas de conflictos y dictaduras que todavía azotan parte del mundo actual.
Y finalmente, hace reflexionar sobre el incesante ciclo de cambio de nuestras vidas. Porque, como escribe la misma autora: “Si uno vive lo suficiente, todos los círculos se cierran”.
 
Parece ser que la autora se ha inspirado en dos personajes reales para inventar a Victor y a Roser. A través de ellos os muestra las vivencias de aquellas personas que les tocó vivir en uno de los periodos más difíciles de nuestra historia. No solo por la guerra, sino porque tendrán que abandonar sus hogares, perder a sus familiares, vivirán en campos de trabajo, serán refugiados en diferentes países e irán rondando por diversos emplazamientos. A causa de lo anterior cada uno de ellos tendrá su manera de afrontar la realidad.
Seguiréis las aventuras de estas dos jóvenes almas, cuya fortaleza y empuje no dejaran de sorprender. Así, veréis cómo tras sufrir penosas dificultades y desventuras, lograrán cruzar la frontera con Francia y tomar un barco a Chile, donde se establecerán a lo largo de muchísimos años.
En esta novela no solo conoceremos a esta entrañable pareja catalana, sino también a muchos otros personajes igualmente inolvidables, algunos fáciles de amar y otros de odiar, pero en cualquier caso incapaces de dejarnos indiferentes.
Pero, como ocurre en sus novelas de corte histórico, el valor de Allende está en saber rascar en la documentación para construir personajes únicos, entrañables y humanos que toquen al lector. Para mí han sido sin duda uno de los puntos fuertes de la novela la referencia a la diversidad. Personajes con sus luces y sombras, cada uno de ellos tiene historias y bagajes diferentes que les han hecho ser lo que son y enfrentar cada batalla que la vida les pone por delante. De esa manera inviertes horas de lectura –amena y significativa- para precisar qué fue de ellos, qué sienten, qué viven, qué piensan, cómo invirtieron sus vidas, cómo acaba su historia.
Sobre los protagonistas, he visto de nuevo la fuerza y empuje de Isabel Allende imprime a casi todas las mujeres en sus narraciones y que tanto me atraen, destacando unos personajes singulares, auténticos, tan humanos, cargados de sentimientos y entrañables.
 
No se puede cambiar el pasado, pero tal vez se puede ir eliminando los peores recuerdos…
“Largo pétalo de mar” es una novela con la que se aprende, de forma amena y reflexionada, sobre la historia y la sociedad de dos países tan lejanos y sin embargo tan próximos como España y Chile. 

jueves, 22 de abril de 2021

YO SOY UNA MUJER: NACI POETA.


 



Yo soy una mujer: nací poeta,

y por blasón me dieron

la dulcísima carga dolorosa

de un corazón inmenso.

En este corazón, todo llanuras

y bosques y desiertos,

han nacido un amor, interminable,

y un cantar gigantesco;

pasión que se desborda de la tierra

y que invade los cielos…

Ando la vida muerta de cansancio,

inclinándome al peso

de este afán, al que busca mi esperanza

un horizonte nuevo,

un lugar apacible en que repose

y se derrame luego

con la palabra audaz y victoriosa

dueña de mi secreto.

Yo necesito un mundo que no existe,

el mundo que yo sueño,

donde la voz de mis canciones halle

espacios y silencios;

un mundo que me asile y que me escuche;

¡lo busco, y no lo encuentro!