miércoles, 18 de octubre de 2023

LAS HEREDERAS. Aixa de la Cruz.

 “Las herederas”. Me ha encantado. Como argumento. Como trama. Como estilo. Acabo de descubrir a otra escritora. Aixa de la Cruz es increíble.
                                                                                          
SINOPSIS: Hace seis meses que la abuela Carmen se abrió las venas en la bañera, y  nadie ha sabido aún por qué. Ahora, sus cuatro nietas vuelven a la casa del pueblo en la que murió y que han heredado.
Lis se está recuperando de una crisis que sufrió allí mismo y solo  quiere vender la casa y pasar página. Su hermana Erica sueña con  organizar retiros espirituales y paseos botánicos. Olivia, prima de  Erica y Lis y la mayor de las nietas, es cardióloga y busca en  cada  cajón alguna pista que ayude a explicar el final de la abuela. Por su  parte, Nora, la hermana desastre, se plantea dejar que su camello utilice la casa como almacén para su mercancía.
Cuatro mujeres jóvenes y un legado común por descifrar: ¿una casa o una maldición que corre en los genes?
 
 
 
 
Estáis ante un título de tintes clásicos. El regreso a la casa de la familia y la apertura del baúl de los recuerdos es una constante literaria.
La verdad es que me he encontrado con un libro peculiar y complejo. El suicidio de una anciana es el punto de partida de “Las herederas”. Su muerte provoca la reunión de sus cuatro nietas en su casa donde, prisioneras de sus obsesiones y debilidades, vuelcan sus preocupaciones, inquietudes y desesperación. También tienen miedo a la locura, ya que corre por sus genes.
Trama una historia donde el suicidio, la maternidad, la violencia sexual, la precarización, sin embargo, el tema de la novela es otra cosa muy diferente: la relación con las drogas, ya sean farmacéuticas, clandestinas o naturales, están presentes como lana que se entreteje. Pero el encaje, lo que queda detrás, es la crítica a la psiquiatrización de la sociedad y la privatización de la salud metal.
La novela reflexiona sobre esta idea contradictoria de la familia como origen y refugio de los problemas, cuántas formas de cordura y de locura habitan y al mismo tiempo libera a sus protagonistas.
Es una novela apegada a los asuntos candentes de la actualidad, como la condición femenina y el estado de la salud mental en las personas mayores, en donde cada personaje, incluso el de la abuela que es referencial, representa un problema a través del cual la autora plantea una tesis sobre la sociedad contemporánea.
 
“Las herederas” es una novela intensa, dramática; con pocas concesiones, que bucea en el sentido de culpa y en la inadaptación, en la diferencia entre los sueños y la realidad. Y en la complejidad de las relaciones humanas. Y por encima de todo, la familia, con esa visión analítica muy severa que ha irrumpido desde hace tiempo en nuestra narrativa y que presenta como un núcleo de opresión y violencia.
De la Cruz es punzante en sus argumentos, lúcida a la hora de analizar las estructuras sociales y frustrantemente realistas, ciertamente bien tratados y trenzados en una trama convincente y creíble, con un estilo excelente, innovador, que evoca y sugiere muchas ideas, poderoso y eficaz. Está escrito de manera poco habitual, aparentemente algo caótico, metafórico y desordenado. Sin embargo el lector nunca se pierde y poco a poco se va dibujando un argumento coherente.
El argumento se sustenta por un tono severo, con la voz radical que asentó el nombre de la autora en el panorama literario.
Aixa de la Cruz ha logrado desplegar una maquinaria de memoria, irrealidad y sencillez para haceros llegar a su lado con un aire denso que impregna estas páginas y las remueve.
 
Los cuatro personajes de la Cruz, cada uno con su propia historia, atestiguan las contradicciones de una sociedad actual.
Las cuatro mujeres están en la treintena y su relación, lo mismo entre las hermanas que con sus primas, es difícil, tensa por momentos. Aixa de la Cruz ha diseñado unos personajes con dificultades para afrontar la vida, plantea un cúmulo de personajes trastornados y de asuntos tenebrosos, que se refugian en las drogas. Dicho de otra manera, son personajes que interesarían mucho a cualquier psiquiatra.
Por momentos es Olivia quien os guía. Médica cardióloga, controla y cuida. Asume la tarea de vigilar a su hermana Nora, que tiene problemas con las drogas. A ratos es Lis, que ha sufrido un episodio psicótico y es madre de un niño pequeño, quien toma el mando del relato. O su hermana Erica, defensora a ultranza de los poderes de la naturaleza y de ritos alternativos.
Todas ellas forman un tándem. No siempre, las cuatro, resultan ser una cosa y la contraria. Ser una parte y el todo. Ya que, entre las protagonistas, brotan constantes grescas, porque cada una presenta desequilibrios mentales y por la novela circulan con generosidad todo tipo de estupefacientes.
En este sentido, la novela os dibuja un vínculo entre hermanas y primas que está tremendamente viciado, pero también es ahí donde se tejen las lealtades más feroces; las únicas alianzas capaces de hacer sanar.
 
Una gran novela, atrevida, muy interesante, llena de originalidad, que reflexiona sobre temas que nos suelen parecer ajeno y que, sin embargo, nos rodea camuflado de una manera u otra.

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