martes, 9 de enero de 2024

EL TABLERO DE LA REINA. Luis Zueco.

Jaque a la novela histórica. “El tablero de la reina” de Luis Zueco.
 
SINOPSIS: Año 1468. Castilla se encuentra en un momento crucial de su historia. Alfonso de Trastámara ha muerto en sospechosas circunstancias y Enrique IV se alza como rey, obligando a su hermanastra Isabel, la única que podría oponerse a sus planes, a firmar la paz. Ella acepta, pues está destinada a convertirse en Isabel la Católica y sabe que las grandes partidas no se ganan en el primer movimiento.Mientras los asuntos de la corte mantienen al reino en vilo, el misterioso asesinato de un noble une fortuitamente a Gadea, una joven apasionada del ajedrez que esconde un oscuro pasado, y a Ruy, un cronista amante de la historia y los libros. La peligrosa carrera a contrarreloj de ambos para descubrir al culpable se entrelaza con las conspiraciones y las guerras de la Corte de Isabel, quien bajo su mandato supo moverse como una maestra en el tablero y transformó para siempre la figura de la reina en el ajedrez.
 
 
 
 
Luis Zueco ha llegado al olimpo de la novela histórica española. Y con cada paso que da parece reafirmarlo.
El escritor os regala una historia trufada de sutiles dosis de misterio y aventuras, con la que volveréis a viajar hasta le Edad Media, a ritmo de thriller, que engarza dos brillantes elementos novelescos coetáneos en fechas, más concreto hasta la mitad del S. XV, y cercanos geográficamente como la evolución del ajedrez y el ascenso al trono de Isabel de Castilla. Tan fácil y tan difícil.
A través de la penurias y aventuras de sus dos protagonistas en Toledo, en la primavera de 1647. Gadea es una joven conversa que, una semana antes de su boda, pierde a toda su familia y debe huir de la ciudad para salvar la vida. Los avatares del destino la llevan hasta tierras gallegas, donde conoce a un fraile ermita experto en ajedrez que le enseña los secretos de este juego de reyes. El misterioso asesinato de un noble unirá fortuitamente su destino con el de Ruy, un cronista amante de la historia que sobrevive localizando libros raros y lujosos por encargo de nobles y ricos comerciantes. Juntos se embarcarán en una arriesgada aventura que pondrá en peligro sus vidas. Zueco propone un juego literario, como a él le gusta, original y arriesgado. Un mestizaje cautivador para el lector.
La novela traslada el lector a una Castilla convulsa. Esta vez a un momento crucial para la corona, la disputa por el trono entre Enrique de Trastámara y su hermanastra Isabel, futura Isabel la Católica. Paralelamente a este escenario aparece el ajedrez como metáfora entre el juego y las intrigas políticas.
 
Transformador, transgresor con el género. Obsesivo en la búsqueda de historias originales, buen conocedor del género literario y de la materia prima de la que bebe, Zueco absorbe los tópicos de la novela histórica clásica y los transgrede y manipula cuando considera.
No es la primera vez que el escritor recurre a un tema que toma como eje principal, ha ocurrido con las primeras ciudades, los libros, las bibliotecas, ahora le toca el turno al juego de ajedrez. Esta tiene un doble significado en la novela, por un lado, es el juego en sí, por otro, lo ha considerado una metáfora y un símbolo para combinar las reglas del juego político. Estas dos tramas se entrelazan de manera constante hasta que ambas colisionan ante el auténtico motor del argumento.
La novela habla de cómo se puede modificar visiones políticas y sociales a través de algo tan sutil como los libros y un juego. De cómo elementos tan minios pueden provocar un giro en el mundo, y el propio autor parece convertir a la novela en un mecanismo de la historia que cuenta. En esta novela ha hecho un puro encaje bolillos entre el ajedrez y los hechos que sucedieron en Castilla en el S. XV, creando un paralelismo fascinante con la voz propia y reconocible del autor.
De la mano de un narrador omnisciente que asume la voz del relato en tiempo presente, con una prosa efectista a golpe de capítulos cortos y una cadencia sosegada que se intensifica conforme avanzáis con la lectura con una narración objetiva y esencial. Una aventura que os llevará a recorrer diferentes ciudades como Valencia, Toledo, Sevilla, Segovia o Madrid, entre conspiraciones y guerras internas que desangran un reino empeñado en despedazarse.
Todos esos elementos narrativos los ha mezclado con acierto en una coctelera para armar perfectamente el entorno en el que se mueven los personajes.
 
Como ocurre en todas sus novelas, puede decirse que “El tablero de la reina” es una novela coral en la que se mezclan los personajes ficticios con los reales. Luis Zueco es hábil a la hora de unirlos. El lector no distingue al real del ficticio porque ambos tienen el mismo peso en la trama. Es uno de los puntos fuertes del estilo narrativo del autor y una de las cosas a destacar ya que es el tema vertebrador sobre el que orbita buena parte de la historia.
Las mujeres protagonistas en “El tablero de la reina” no son etéreas damiselas. Gadea es joven, pero tiene una gran inteligencia y es una maestra jugando al ajedrez. Isabel de Castilla tiene las ideas claras y no va dejar que nadie se interponga en su camino. Y Beatriz Galindo, la latina, maestra de latín de Isabel, es culta y decidida. Son mujeres fuertes, que no se dejan amedrentar y que luchan por lo que quieren, aunque, quizás, sus personalidades y sus certezas sean demasiado “modernas” para los amantes más académicos del género histórico.
Los personajes masculinos tienen su importancia y son el complemento a los femeninos. Destaca Ruy, historiador, él muestra el lado cultural de la época: los libros, las crónicas y las bibliotecas. Entre otros descubriréis a Don Braulio, el monje de la cueca, el fraile de Sevilla, Lambert Palmart, Tello. Un personaje a tener en cuenta es el célebre escritor Jorge Manrique, cuyo padre aún está vivo, - dejo constancia por las famosas coplas-.
Una vez más, se pone de relieve una ardua labor de documentación materializada en la sorprendente ambientación de los distintos escenarios, entre ellos, la recreación vivida y colorida como el Madrid S. XV.
 
Luis Zueco vuelve a demostrar que, de manera sutil y tranquila, que deseas llegar al final para averiguar las preguntas que van surgiendo a lo largo de la trama. Como en todas sus novelas, en los libros empieza el cambio y el jaque transformador.

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