jueves, 6 de junio de 2024

BÚSCAME. Gregorio Casamayor.

Quinta novela del autor. Un relato protagonizado por un fotógrafo con personajes que buscan y se buscan, y que sin embargo la intriga no es lo principal.
 
SINOPSIS: Una mañana lluviosa, el fotógrafo Paul Knobel encuentra un diario íntimo en una parada de taxis de Brooklyn. Mientras lo examina, el cuaderno se abre por azar en la entrada del 5 de julio, donde puede leerse una enigmática frase que traslada a Paul al último verano que pasó con su madre en Cape Cod. Acaso por esta coincidencia, el fotógrafo se pone en marcha para devolver el diario a su legítima propietaria, aunque ello le suponga enfrentarse a sus propios fantasmas. Gregorio Casamayor construye en Búscame un relato coral que nos permitirá adentrarnos en la vida de Paul Knobel, en la de su ayudante, Rufus, en la de la autora del diario, Gloria Graham, y en la de su hija, así como en la del resto de personajes que conforman su universo. Una novela de tintes detectivescos que se revela como un relato certero sobre la identidad, los vínculos afectivos y las segundas oportunidades que nos brinda el azar.
 
 
En “Búscame”, el autor conquense os hace dar un salto y cambia los escenarios barceloneses, a los que os tenía acostumbrado, por esa capital no oficial del mundo que es Nueva York de principios del S. XXI.
Todo comienza cuando Paul Knobel se encuentra un diario en la calle en una noche de lluvia en Nueva York. Aunque sin mucho interés al principio, el fotógrafo se toma la molestia de averiguar quién es la autora del diario, en su primera lectura, una frase que le intriga: “siento nostalgia del beso”. Y es a partir de aquí cuando empieza el núcleo de la novela. Y, como en otros relatos de Casamayor, aquí el diario se convierte también en efectivo recurso para articular la narración. No solo marcará parte de la intriga, sino que además lo que en él se cuenta conectará al fotógrafo con su propia historia, dando pie a reconstruir una vida marcada especialmente por la relación con su madre.
Por suerte, las novelas de Casamayor trascienden en género y hay en ellas un poco de thriller, sí, pero también de novela psicológica, de novela social, incluso de novela urbana. Pretende abordar temas que se cruzan, se unen y desunen como: el duelo, la amistad, el amor, la sexualidad, el arte.
En ella, el autor reflexiona acerca de las relaciones interpersonales, la magia de los lazos humanos y el arte, y los sitia en Nueva York recreando minuciosamente, con un evidente mimo de detalle.
Se fija en las sensaciones, percepciones, en una serie de situaciones que parecen elegidas al azar, pero que en su conjunto dibujan una descripción matizada de lo sucedido.
 
Siempre he valorado a autores masculinos que escriben con voz femenina de forma tan precisa. En este libro pone voz a un personaje masculino con uno femenino y de una forma excepcional.
Gregorio Casamayor ha vuelto con una obra que rinde homenaje al arte, a las palabras y a los diferentes vínculos que ponen en movimiento nuestras vidas.
Encuentras su estilo narrativo en todas sus páginas, pero con una madurez mucho más remarcada. Se trata de una obra mucho más viva, más actual, pero también más accesible cuya lectura a menudo es ágil en la acción y por la tendencia a construir historias demasiado focalizadas en el mundo interno de los personajes.
Y todo ello frente a la descriptiva, casi analítica, mirada del narrador, combinada con una pluma que en ocasiones roza lo realista.
La forma de escribir es concisa y efectiva con pasión por el oficio, basada en la lógica lateral, porque os ofrece una narración objetiva, analítica, ordenada y sintética de lo esencial en cada momento, sino que podría clasificarse de periférica e indirecta.
 
Es un libro que, para mí, estuvo bien hasta la mitad del mismo; te presenta los personajes para que los conozcas y te expone la trama de forma cronológica. Pero, a partir de la mistad del libro, cuando crees que se ha terminado y que no puede aportar mucho más, da un salto atrás en el tiempo y comienza otro línea argumental, un pasado que poco tiene que ver son la trama principal, que es necesaria conocer.
El autor une las vidas de varios personajes hasta tejer una fina red que cubre la ciudad de Nueva York y la convierte, a su vez, en un personaje más. A través del nexo de unión que supone Paul Knobel podréis llegar a oír el eco de aquellos que le rodean y conforman este paisaje literario, que en ocasiones parece aparentar más una fotografía costumbrista, no solo de aquellos que se erigen como supuestos protagonistas de la trama sino también de un buen número de secundarios. Personajes unidos muchos de ellos por lazos familiares. Así, en la telaraña de relaciones de Paul encontraréis: Rufus, su ayudante en el estudio de fotografía; Norma, su madre; Sarah, su relación sentimental; a su padrastro. Pero también, a Gloria, una actriz de doblaje y en torno a la cual girará buena parte de la novela junto a su hija Glo, que está pasando un duelo.
Los ecos de “Búscame” se entrelazan de múltiples formas, bailando entre las lindes que unen y separan las relaciones de amistad, amor, sexo, familia.
Y muchos de ellos son, sobre todo, enormes víctimas de la soledad, de esa soledad que tantos padecen en la ciudad contemporánea.
Los amantes de la fotografía y el arte disfrutarán especialmente con este libro. La obra del pintor Edward Hopper también tiene un papel destacado en la novela.
 
Gregorio Casamayor juega con los silencios, de tal manera que el lector se asienta en una duda constante y sopesa todos los escenarios posibles, cuando el único final plausible para esta historia estaba escrito desde su inicio.
 

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