sábado, 31 de octubre de 2015

EL REY DE LOS ELFOS.




 

¿Quién cabalga tan tarde a través del viento y la noche?
Es un padre con su hijo.
Lleva al pequeño en brazos,
junto a su seno cálido y seguro.
“Hijo mío, ¿por qué, asustado, escondes tu rostro?”
“¿No ves, padre, al Rey de los Elfos?
¿El Rey de los Elfos con corona y manto?”
“Hijo, sólo es el rastro de la neblina.”

“¡Dulce niño ven conmigo!
contigo jugaré maravillosos juegos;
hay montones de hermosas flores en la orilla,
mi madre posee dorados vestidos.”

“Padre mío, padre mío ¿no oyes
lo que el Rey de los Elfos me promete?”
“Calma, ten calma, hijo mío;
es el viento que mueve las hojas secas.”

“¿No vienes conmigo buen niño?
Mis hijas te atenderán perfectamente;
mis hijas representan su nocturna danza,
ellas te arrullarán, bailarán para que duermas.”

“Padre mío, padre mío ¿no ves acaso ahí,
a las hijas del Rey de los Elfos en esa zona oscura?”
"Hijo mío, hijo mío, claro que lo veo:
son sólo los árboles, los grises sauces.”

“Te amo; me encanta tu hermosa figura;
pero si no me obedeces, te forzaré.”
“¡Padre mío, padre mío, ahora me arrastra!
¡El Rey de los Elfos me ha herido!"

El padre, temblando, galopa veloz,
llevando en sus brazos a su hijo gimiente;
al llegar a la hacienda, rápido y con esfuerzo,
en sus brazos el niño estaba muerto.

1 comentario:

  1. Quique gracias, mil gracias por desasnarme. Te admiro!!!!!!!!!!!!!

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