jueves, 21 de diciembre de 2017

CIRUGÍA DE INVIERNO.



 
-Ida Vitale-



Lo dicho queda, cala,

corroe la leve pulpa que otro construye a solas,

como en la fronda que el otoño ataca.



Porque el otoño seca las hojas

de manera bellísima:

deja en el aire las puras nervaduras,

ésas casi invisibles

en las que reparábamos apenas

y evapora esa verde sustancia que era,

para nosotros, hoja.



Así de pronto terminan los verdores.

Hay que arrastrar cadáveres amados

y consentir el lujo

de la infinita dilación indecisa

y el filo que mutila la voz, la tolerancia.

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