sábado, 10 de marzo de 2018

MERECER LAS PENAS.



 

A cuántos amaneceres estoy de ti
le pregunto cada mañana a mis ojeras.

Madrid despertándose y yo bajando las persianas.

Si algún día ordenara la habitación encontraría
todo lo que me faltas.

Toda mi ropa tirada para tapar la ausencia
de tu ropa interior en mi armario.

Es tan fácil cortarse cuando tus sueños son de cristal.

Mis heridas siguen abiertas así que, supongo, puedes pasar.
De mí.

O besarlas.

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