domingo, 27 de octubre de 2019

QUIJOTE.


 

Los espejos del bosque, caballero,
tornaron a Casilda en triste viento.
Cabalgó Rocinante, y fue su intento
de todos los galopes el primero.

¡Nunca se vio caballo tan ligero
y nunca don Quijote un juramento
impuso con tal gracia y valimiento
salvando a Dulcinea con su acero!

Es la historia, batalla de manchegos
que funden ilusiones y aparejos
con celadas y yelmos andariegos.

Del bosque y el carrasco los espejos
quebraron sus cristales y juegos.
¡Crisol de realidades y reflejos!

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