sábado, 30 de noviembre de 2019

YOGA.


 

Rutina rigurosa de puesta de esterilla,
se decía la practicante a la vez que repetía,
hoy va a ser un buen día, mi práctica será perfecta,
me siento fuerte, tranquila, descansada y atenta.

Empezaba un nuevo día entre idas y venidas,
cuando empieza la clase y el practicante advierte,
que ni su cuerpo está tan fuerte, ni flexible esta vez,
que además no hay quien le pare la cabeza de atender.

La respiración arrítmica, la rodilla resentida,
las lumbares, la barbilla y por qué no, las espinillas.
Entonces escucha inhalamos, cuando ella está exhalando,
ahora escucha exhalamos y, el cuerpo está pausado.

Repetimos, nos centramos, es mi día, yo lo sé .
La cabeza gobernando, controlando otra vez,
pero el cuerpo no hace caso, mejor paro, que voy a hacer.
Entonces escucha una voz que le ofrece algo mejor.

Practica sin miedos, con lo que hay y aceptación,
cada día es diferente, abraza todo y con amor,
porque nada es bueno o malo, lo que hay es lo mejor,
abraza tu cuerpo lindo, cuídalo y mímalo.

Entonces da gracias a la idea de practicar sin proyección,
aceptar lo que ha venido y, cuidarlo es mucho mejor.
Sin exigencias y expectativas, que puedan nublarlo todo,
damos gracias a la vida, de estar sanos y liberados.

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