lunes, 19 de junio de 2017

TODO ESTO TE DARÉ. Dolores Redondo.



Y le dijo: “Todo esto te daré, si postrándote me adoras” (Mateo 4:9). Así le hablo el diablo a Jesús desde lo alto de un monte donde se divisaban todos los reinos del mundo.
De esa cita bíblica Dolores Redondo ha sacado el título de su última novela “Todo esto te daré” con la que se ha hecho merecedora del Premio Planeta 2016.
No soy muy asiduo a la lectura de novelas que han sido galardonadas con el Premio Planeta. En esta ocasión, reconozco que ha tenido mucho peso a la hora de decantarme por la lectura el nombre de la autora, de la cual me declaré seguidor tras leer la Trilogía del Baztán.
“Todo esto te daré” es una novela muy característica del estilo, maneras y argumento de Dolores Redondo, pero al mismo tiempo, también es un libro muy diferente de lo que hemos leído hasta hoy.

SINOPSIS: En el escenario majestuoso de la Ribeira Sacra, Álvaro sufre un accidente que acabará con su vida. Cuando Manuel, su marido, llega a Galicia para reconocer el cadáver, descubre que la investigación sobre el caso se ha cerrado con demasiada rapidez. El rechazo de su poderosa familia política, los Muñiz de Dávila, le impulsa a huir pero le retiene el alegato contra la impunidad que Nogueira, un guardia civil jubilado, esgrime contra la familia de Álvaro, nobles mecidos en sus privilegios, y la sospecha de que ésa no es la primera muerte de su entorno que se ha enmascarado como accidental. Lucas, un sacerdote amigo de la infancia de Álvaro, se une a Manuel y a Nogueira en la reconstrucción de la vida secreta de quien creían conocer bien.
La inesperada amistad de estos tres hombres sin ninguna afinidad aparente ayuda a Manuel a navegar entre el amor por quien fue su marido y el tormento de haber vivido de espaldas a la realidad, blindado tras la quimera de su mundo de escritor. Empezará así la búsqueda de la verdad, en un lugar de fuertes creencias y arraigadas costumbres en el que la lógica nunca termina de atar todos los cabos.





No esperen hallar figuras mitológicas de los bosques arcaicos, niños con brazos mutilados, ni brujas que malefician con nueces. De manera semejante, sí que reconocerán otra saga familiar, perversa también, pero en un contexto diferente; repite la tensión de una pareja, el crimen como detonante de la trama, la fascinación por las figuras de autoridad y la impunidad con que se justifica la violencia contra los más desamparados.
Aquí hallamos un homenaje a la Galicia de los abuelos de la autora, un relato donde el sexo, la avaricia y las sospechas empujan una trama que se contrapone a la fidelidad, el tormento y las dudas, y la añoranza de la persona amada de cómo de bien conocemos a la persona que más queremos.
Además, es una historia sobre la Galicia interior, profundiza en las raíces de una sociedad rural y provinciana, llena de prejuicios y servilismos con el pasado, se analizan las relaciones entre la nobleza, el clero y el pueblo llano, los visibles prejuicios hacia la homosexualidad del protagonista y los secretos familiares y sobre todo los traumas personales que todos tratan de ocultar en un ambiente opresor donde parece no haber pasado el tiempo.
Tal y como afirma la autora es una novela contra la impunidad y sobre el dolor ante la pérdida de un ser querido, la tristeza, la codicia, las medias verdades, los celos y los prejuicios. Pero no todo es gris y oscuro, al tiempo veremos relaciones y amistades que se fortalecen y que van envolviendo al protagonista en esta nueva etapa de su vida, y ayudándole a resolver sus dudas y vacíos.
Sin ser una trama del todo novedosa la autora consigue despertar el interés del lector en las primeras páginas. Sin embargo, a pesar de ese comienzo tan atractivo, la historia tiene un ritmo inicial pausado, un tono intimista, necesario para conocer a Manuel. Y a partir de ahí, poco a poco, entre secundarios maravillosos y una cuidada ambientación, la autora consigue envolvernos en el misterio de lo ocurrido, en la oscura vida de sus personajes y en la impunidad que les rodea, creando una atmósfera de intriga que sin, sin un ritmo trepidante, también consigue atrapar al lector.
Donde resulta que, en “Todo esto te daré” prima el realismo puro y duro pero es también un canto a la libertad.

Redondo vuelve a convertir a los personajes en auténticos protagonistas de sus novelas. Ya lo sé, parece un tópico.
Si nos centramos en los protagonistas principales están perfilados con pulcritud, Los personajes principales son hombres, muy diferentes entre sí, con sus luces y sombras, sus secretos.
Por un lado nos presenta perfectamente a los personajes y al mismo tiempo construye una historia de misterio que nos mantiene intrigados hasta el final en el que todo termina de cuadrar a la perfección.
Es una novela coral. Manuel está construido con cariño y mimo, con la intención de hacernos comprender su fragilidad y el aislamiento en el que se había refugiado que le permitía vivir en su palacio de cristal, en su mundo irreal donde le fluían las palabras, ajeno a todo y tan dependiente de Álvaro. Pero es Álvaro, el que a mí me ha conquistado, entre gardenias y su sentido de la responsabilidad, su nobleza y sus circunstancias. Y entre los secundarios, todos muy bien caracterizados con el mismo peso de interés que los principales y desarrollando a la perfección los roles que la donostiarra les asigna dentro de la trama. Así por ejemplo: Noriega, un personaje en un principio muy estereotipado, al que la autora desprende poco a poco de su artificio y coraza, para mostrarnos un personaje muy humano y que va evolucionando a lo largo de la historia; Lucas, por su parte, parece actuar de enlace para que todos los demás logren seguir en la senda correcta y no desviarse de su verdadero objetivo; curiosamente, presencia casi todos los acontecimientos sospechosos, pero que desconoce la naturaleza de los mismos.
El principal pilar en el que se sostiene “Todo esto te daré” son sus personajes. La escritora ha sabido darles vida de una forma magistral haciéndolos realistas e inolvidables. Y en esa línea penetra de forma soberbia en los fantasmas interiores de cada uno de ellos, marcados por fuertes condiciones; la palpable tensión del trío protagonistas.

La autora, con un estilo que juega a mezclar las sagas de Norton con el misterio de Agatha Christie, lleva al lector por una historia de letras amables y metáforas suaves, para conseguir su simpatía a través de los protagonistas.
 Creo que en esta novela la escritora donostiarra vuelca gran parte de su mundo interior tanto en la elección de la temática -la condena hacia lo servilismos, hacia los prejuicios, la impunidad de las clases pudientes, la fe, la homofobia, los secretos de pareja- como cuando describe la escritura como una catarsis espiritual.
Es una novela totalmente adictiva que se lee con facilidad y que transmite perfectamente el ambiente de misterio psicológico que tan bien plasma esta autora en sus novelas. Sin duda alguna, el punto fuerte de esta novela es la ambientación, muy bien conseguida, con la que logra trasladarnos a la Ribera Sacra. Con descripciones que vuelven a ser parte fundamental de la historia: profundas, vivas de las que permiten recrear en tu imaginación un completo escenario donde ver desfilar la novela por delante de los ojos del lector. Y que le da la oportunidad de situarse dentro de unos escenarios perfectamente diseñados, aunque particularmente, en ocasiones preferiría más acción y menos descripciones.
La pluma de Dolores Redondo es elegante y pausada, cuidada y depurada. Porque los hechos se suceden sin prisa. Estamos ante una novela bien construida y escrita, amena, con un argumento que alberga un poco de todo: tensión y suspense, amor y desamor, mentiras, verdades ocultas y desconocidas, envidias, secretos oscuros y tenebrosos del pasado que salen a la luz; todo esto aderezado por el dolor de la ausencia y la pérdida del ser querido. Es por esto, que la trama, se va tejiendo despacio sacando hebras de pistas y con maestría las va dosificando para que el lector las pueda ir encajando y así poder completar el puzle e ir descubriendo poco a poco el desenlace de la confabulación junto a la personalidad de cada uno de los personajes que transitan por la novela.
Aparte de la trama principal, confluyen otras historias que enriquecen el conjunto de la novela, con personajes que tienen mucho que contar e historias paralelas que no restan a la principal, si no que suman, para formar un obra redonda.
Un primer capítulo que te deja sorprendido y enganchado a la novela, por su dureza y misterio.

Amaia, nuestra inspectora de tinta, volverá pronto. Seguro. Será para deleite de miles de lectores. Mientras concluye su próxima entrega, podemos contentarnos con una novela hipnótica y extraña que recomiendo a su legión de seguidores. Y a los que aún no lleven tal distintivo, que disfruten de “Todo esto te daré” cortado por el mismo patrón de todo lo que sale de la pluma de Dolores Redondo, una vez más, gracias a un buen oficio, le ha salido a la altura de su apellido. re-don-do. Gracias, autora.






5 comentarios:

  1. Magnífica reseña, aún no me he estrenado con esta autora pero sé que lo haré porque su trilogía del Baztán me llama bastante la atención y por lo que dices de esta puede que también la lea.

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    1. hola Alejandra!!!
      Ni la trilogía del Baztán, magnifica, te va a defraudar. Ni su última novela tampoco. Ambas te las recomiendo. Pronto serás Una seguidora más.

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  2. Holaaa
    Tengo pendiente leer a la autora y espero hacerlo muy pronto, por lo que os leo a todos escribe de maravilla y me apetece mucho disfrutarla
    ¡un abrazo grande!

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  3. Lo leí hace tiempo y me gustó bastante, soy de la inciativa seamos seguidores, ya te sigo y te invito a mi blog, saludos!!

    http://estoyentrepaginas.blogspot.com.es/

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