viernes, 15 de marzo de 2019

UN DESTINO CONDUJO DIESTRAMENTE.




 Ilustración Shahinyan Gagik Sha-Ga.

-Juan Álvarez-

Un destino condujo diestramente
las horas, y brotó la compañía
y fue la tarde llena
de abrazos y de gente
al conjuro fugaz de la poesía.

Vale, amigos, la pena
este comercio burdo y anticuado
de palabras sin dueño;
valen la soledad, el tiempo hurtado
a la salud y el sueño,
y las dudas y el miedo y el dolor,
siquiera por sentir vuestro calor
sobre mi vieja piel estremecida…

Vale la pena, sí, vale una vida.

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