martes, 13 de octubre de 2020

SUS OJOS EN MÍ. Fernando Delgado.

Nos encontramos ante la obra más ambiciosa y de estructura más compleja de Fernando Delgado. “Sus ojos en mí” cuenta y muestra ese lado más humano de la Santa.“Y fue para mí una desgracia que en Beas de Segura y en día de primavera pusiera en mí sus ojos, seguro hállome de que pecó de precipatada al mostrar su complacencia en mi persona antes de cualquier examen”.

Jerónimo Gracián de la Madre de Dios.

 

SINOPSIS:
La novela que narra una apasionada historia de amor de Teresa de Jesús.  
Teresa de Jesús tuvo un gran amor: Jerónimo Gracián. Seductor, bien parecido, elocuente y dotado de excepcional inteligencia, fue su más fiel aliado en la reforma del Carmelo. Las cruentas batallas entre los carmelitas calzados y los descalzos son el telón de fondo sobre el que se proyecta la íntima amistad de la monja y el fraile. Viajes, fundaciones, procesos y cautiverios, crímenes reales o venenosas habladurías se suceden en un relato trepidante.  
Amena y por momentos perturbadora, Sus ojos en mí arroja luz no usada sobre el perfil más humano de la santa, rescata del olvido la fascinante figura de su adorado Gracián y describe las consecuencias que después de la muerte de Teresa y hasta su propia muerte tuvo para él la permanente mirada de ella.  






“Sus ojos en mí” es una novela sobre los amores mentales o espirituales en los que sin duda, y más de una vez, se cruza la tensión o el deseo del cuerpo, aunque podamos tener por cierto que si bien Teresa de Ávila -con 60 años cuando conoce en Beas de Segura a fray Jerónimo Gracián de 30- le gusta el hombre, su carisma y su inteligencia, la relación fue solamente de afanes y cuidados mentales, lo que en nada impide que se dice amorosa.

El libro recrea los últimos seis años de la vida de la santa, ocupada en la reforma del Carmelo y la fundación de nuevos conventos en medio de la guerra confusa y sin cuartel entre los carmelitas descalzos y los calzados. De igual modo, nos cuenta su deslumbramiento al conocer a Jerónimo Gracián, un hombre joven, bien parecido, ambicioso, con disposición para la mítica que acude al convento de Beas en 1.575 para poner orden. Entre ellos se produjo el encantamiento, un flechazo intenso de comprensión y simpatía mutua, de amor, e incluso, de deseo amoroso que Teresa atribuyó a la voluntad de Dios. Tal fue su entrega, que acepto la pérdida de libertad que conlleva el amor e hizo a Gracián la promesa de obediencia absoluta de por vida.  
Partiendo, pues, de estas premisas, y teniendo como escenario histórico los últimos años de la vida de la santa durante el reinado de su Católica Majestad Felipe II de España, quien también tendrá sus momentos en el argumento, esta novela no solo despliega, con sintaxis añeja; cargada de ironía y cercana a las formas y el estilo de sus protagonistas si no es muy rica en contenidos.  
Por un lado disfrutareis, entre el argumento, la lucha de poderes entre la iglesia del S. XVI, un escenario perfecto para mostrar esta condición humana en absoluto exclusiva de los siglos pasados. La ambición de poder es el motor que mueve a no pocos clérigos de la época: las rencillas, las acusaciones, las calumnias, las arbitrariedades de todo tipo, las envidias y traiciones.   
Por otro lado, otro gran tema, es el de los hechos históricos porque aunque la intención de Fernando Delgado no era hacer una novela histórica en el sentido estricto de la palabra, “Sus ojos en mí” es, además de todo lo dicho, una extraordinaria novela histórica no convencional.

La novela tiene una estructura original, pues trascurre en dos tiempos narrativos: el de la singular historia de amor entre la sexagenaria Teresa de Jesús y el joven fraile Jerónimo Gracián, y el de otra historia paralela, más actual a mediados del S XX, la de dos frailes y un profesor que se replantean su inicial objetivo y se lanzaran a una extensa labor de investigación que dará como fruto esta historia.

Incuestionable la labor de documentación que requiere este complejo escenario y que ha tenido como base el intenso epistolario teresiano que permite trazar una base real sobre la que el autor ha ido desarrollando la trama, utilizando unos recursos narrativos muy ingeniosos sin faltar a la veracidad de los hechos.
“Sus ojos en mí” es una obra arriesgada, cuya lectura atrapa a pesar de su dificultad y de su interés. Una novela apasionante,  muy bien explicada y con una estructura muy sólida.
Resulta destacable el lenguaje arcaizante, de tono elevado y formal, que nos introduce en el marco histórico, como también los juegos de frases y palabras concatenadas que dan lugar a reflexiones no extensas de humor refinado y sutil aportando fluidez a la prosa.
Dicho lo anterior, es una novela deliciosa y llena de ingenio que habla de los mundos vertientes del amor, en especial del amor admirativo, mostrando, a través de la narración de unos hechos históricos, cómo entre muchas maneras de amar cabe también la del amor sensual, exento de toda carnalidad.
 
El respeto de la figura de la monja pernea por toda la obra. El autor cicharrero tuvo cuidado en el tratamiento de la íntima cercanía entre los protagonistas para no causar polémica. Así que entre ellos se produce un deslumbramiento intelectual que los hace inseparables. Estaréis ante un tratado de “platonismo” declarado respecto al amor platónico de los protagonistas.  
Lo más interesante de la novela tiene que ver con el lado humano de los dos. El que menos se conoce y os presenta a Teresa como una mujer combativa, feminista, valiente, carismática, administradora, con ideas propias y también su vulnerabilidad, sus dudas, sus miedos y hasta sus celos, sin dejar de mencionar su vertiente de escritora y mística. Todos estos hechos hacen que la Inquisición la persiga, simplemente porque no puede tolerar que una mujer piense.  
Y por este motivo también persiguen, al otro principal protagonista, que rescata del olvido la fascinante figura de su adorado amigo Gracián. Además de despertar envidias por ser un hombre ilustre, avanzado en su época, humanista, educado y refinado. Todo esto le costó al final de su vida el castigo del exilio. Un gran personaje histórico, cuya vida, por sí sola, daría para varias novelas.  
Entre otros personajes del elenco todos destacan por lo maravillosamente cincelados que aparecen.  
 Porque esta novela tiene que contextualizar muy bien los hechos. Por eso es fiel a los personajes de los escenarios de la iglesia y de la sociedad de Felipe II, así como a la relación entre cada uno de los protagonistas. Y sólo se permita alguna licencia en los personajes de la historia paralela.

Fue fabuloso que una mujer y un hombre se unieran para multiplicar la grandiosidad de Dios y la expandieran, a pesar de las adversidades, las envidias o la compasión de las mentes cerradas. Fueron dos adelantados a su época que supieron entender la esencia del Evangelio y transmitir la sencillez del mensaje del mandamiento del amor. No hay más, así de fácil.

“Sus ojos en mí” es, por lo tanto, un obra sumamente rica en matices, capaz de suscitar reflexión sobre temas entre lo divino y lo humano que escapan a cualquier contexto histórico y de humanizar, sin juzgar, a una de las grandes figuras de nuestra historia y de nuestras letras, una de las mejores prosistas de la lengua española.

 

 

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