Leer obra de FRANCISCO DE QUEVEDO es entender
también la historia del país. Pero no la antigua solamente, sino seguir el hilo
conductor que nos trae hasta el presente. Y no dejo de preguntarme últimamente
de qué sería capaz de escribir Don Francisco si se topara con los casos de
corrupción política y empresarial que han salpicado nuestra geografía, con los
trapicheos de abogados y magistrados, con la connivencia de partidos
representativos de los españoles, con la implicación de miembros de la
monarquía del momento o con la persecución alevosa de uno de los pocos jueces
que se ha atrevido a tomar en sus manos asuntos de dimensión especial. Bueno,
lo que todos vamos sabiendo. Seguro que volvería Quevedo a escribir un nuevo
libro de Sueños y a acrecentar su extenso fondo de poesías satíricas.
Toda esta vida es hurtar,
no es el ser ladrón afrenta,
que como este mundo es venta,
en él es proprio el robar.
Nadie verás castigar
porque hurta plata o cobre:
que al que azotan es por pobre
de suerte, favor y trazas.
Este mundo es juego de bazas,
que sólo el que roba triunfa y manda.
cuanto le dan sin estruendo,
y con hurtar escribiendo,
lo que hurta no se escribe.
El que bien hurta bien vive;
y es linaje más honrado
el hurtar que el ser Hurtado:
suple faltas, gana chazas.
Que este mundo es juego de bazas,
que sólo el que roba triunfa y manda.
Mejor es, si se repara,
para ser gran caballero,
el ser ladrón de dinero
que ser Ladrón de Guevara.
El alguacil con su vara,
con sus leyes el letrado,
con su mujer el casado
hurtan en públicas plazas.
Que este mundo es juego de bazas,
que sólo el que roba triunfa y manda.
El juez, en injustos tratos,
cobra de malo opinión,
porque hasta en la pasión
es parecido a Pilatos.
Protector es de los gatos,
porque rellenarlos gusta;
sólo la botarga es justa,
que en lo demás hay hilazas.
Este mundo es juego de bazas,
que sólo el que roba triunfa y manda.
Hay muchos rostros exentos,
hermosos cuanto tiranos,
que viven como escribanos
de fes y conocimientos:
por el que beben los vientos,
es al que la capa comen;
no hay suerte que no le tomen
con embustes y trapazas.
Este mundo es juego de bazas,
que sólo el que roba triunfa y manda.
Ilustración Silvia Alvarez Castellar.
SATIRA DE QUEVEDO.
A un juez mercadería.
Las leyes con que juzgas, ¡oh Batino!,
menos bien las estudias que las vendes;
lo que te compran solamente entiendes;
más que Jasón te agrada el Vellocino.
El humano derecho y el divino,
cuando los interpretas, los ofendes,
y al compás que la encoges o la extiendes,
tu mano para el fallo se previno.
No sabes escuchar ruegos baratos,
y sólo quien te da te quita dudas;
no te gobiernan textos, sino tratos.
Pues que de intento y de interés no mudas,
o lávate las manos con Pilatos,
o, con la bolsa, ahórcate con
Judas.
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