jueves, 13 de marzo de 2014

EL NIÑO Y LA LUNA.






La luna y el niño juegan
 un juego que nadie ve;
 se ven sin mirarse, hablan
 lengua de pura mudez.

 ¿Qué se dicen, qué se callan,
 quién cuenta una, dos y tres,
 y quién tres y dos y uno
 y vuelve a empezar después?

 ¿Quién se quedó en el espejo,
 luna, para todo ver?
 Está el niño alegre y solo;
 la luna tiende a sus pies
 nieve de la madrugada,
 azul del amancer;
 en las dos caras del mundo
—la que oye y la que ve—
se parte en dos el silencio,
 la luz se vuelve al revés,
 y sin manos, van las manos
 a buscar quién sabe qué,
 y en el minuto de nadie
 pasa lo que nunca fue...
 El niño está solo y juega
 un juego que nadie ve.

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