viernes, 25 de julio de 2014

LA CASA QUE IBA AL AGUA.



 

Breve vino la mano a ser del mar
la ola, hablado el pelo hasta la orilla,
una charca de voces y eléctricos cristales,
una manta de arena por la playa
cayendo de la noche, hacia el abismo,
una rosa en la luz
sentada ante la casa que iba al agua
a refrescar sus ojos, su silencio,
más allá del olvido, de unos labios
cerrándose en el frío de la muerte.

Poema del libro: "Azotea marina"


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