sábado, 4 de agosto de 2018

PREPARATIVOS DE VIAJE. VACACIONES.


 

Cuando preparo la maleta, tengo que pensar en todo
lo que voy a meter para no olvidarme de nada. Voy al
diccionario y saco las palabras que me servirán
de pasaporte: el ecuador, una línea
de horizonte, la altitud y la latitud,
un asiento de pasajero perseverante. Me dicen
que no necesito nada más; pero sigo
llenando la maleta. Un poniente para que
la noche no caiga tan deprisa, el tacto de tu
pelo para que mi mano no lo olvide,
y aquel pájaro en un jardín que ha nacido
en la trasera de la casa, y canta sin saber
por qué. Y otras cosas que podrían
parecer inútiles, pero que necesitaré: una frase
indecisa en medio de la noche, la constelación
de tu ojos cuando los abres, y algunas
hojas de papel donde escribiré lo que tu ausencia
viene a dictarme. Y si me dicen que llevo
exceso de equipaje, dejaré todo esto en tierra,
y me quedaré solo con tu imagen, la estrella
de una sonrisa triste, y el eco melancólico
de un adiós.


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