lunes, 9 de agosto de 2021

CON EL AMOR BASTABA. Máximo Huerta.

Máximo Huertas regresa con su octava novela, “Con el amor bastaba”, una historia que nos habla de la importancia de ser feliz y de aceptar la diferencia, ya que todos de alguna manera somos únicos y especiales.
Es un relato de  iniciación en el amor, el sexo y la soledad con aspecto de fábula.

 

SINOPSIS:
Una novela que nos da una gran lección de vida. Una sacudida en el corazón de los lectores.
Ícaro vive con resignación la decadencia del matrimonio de sus padres, la angustia de su madre por el futuro que tendrán que afrontar solos, la confusión de su padre, la inquietud de toda la familia. Pero, mientras el niño despierta a la sexualidad gracias a la complicidad de un compañero de colegio, un día también descubre con asombro que tiene un don, es capaz de volar. Esto lo convierte en una persona admirada por sus vecinos, pero también en alguien diferente. En mitad de sus revueltas, los padres quieren protegerle, pero lo único que él necesita es comprensión, aceptación y cariño para completar su educación emocional y encarar el angosto pasadizo que nos conduce de la adolescencia a la madurez.
Con el amor bastaba es una emocionante novela que pone el foco en la única vía de salvación frente a los desencuentros, frente a las diferencias: el amor.
 
 
 
El escritor vuelve a regalar una historia llena de emotividad y  sensibilidad, que se cuela muy dentro para haceros sentir lo mismo que su joven protagonista. Ha querido jugar con la mitología griega, recreando en el protagonista la historia del vuelo de Ícaro.
Elio Ícaro es un niño al que la naturaleza le ha dado el poder o la habilidad de volar. Algo que él entenderá como una maldición durante su infancia, ya que su intención es “ser normal”, como el resto de los niños. Una lucha interna con la que tendrá que lidiar a la misma vez que la complicada situación que se vive en su casa. El hogar y la familia que convivía cambiarán drásticamente de un día para otro, lo que le hará ver el mundo que lo rodea, de una manera diferente desde ese momento. Se ve obligado, de manera inconsciente, a crecer y a soportar sobre sus espaldas unos acontecimientos y a descubrir unas emociones más propias de los adultos que de su adolescencia.
La rareza del protagonista sirve de punto de apoyo para evocar cualquier rasgo distintivo que, en un momento de nuestras vidas, haya supuesto una dificultad. Esa peculiaridad que nos hace diferentes y que, por algún motivo, nos sentimos obligados a esconder, a camuflar de las miradas del resto de personas que aparentan ser normales.
Y sobre todo, expone cómo reaccionan las personas ante lo diferente, cómo se muestran ante lo que se sale de lo cotidiano, cómo tratamos de tapar, de ocultar aquello que resulta raro a los ojos de los demás y de la sociedad… Cuando con amor basta.
En realidad, ¿no somos todos un poco o bastante raros?
El hilo conductor del argumento no es lo importante, creo que lo importante son las cosas que se dicen en las páginas de la novela.
La obra que comento, es un canto a la niñez, a ese periodo de nuestras vidas en el que todo lo que ocurre a nuestro alrededor lo vivimos con una gran intensidad, y que influirá no solo en nuestro futuro, sino también en nuestra forma de vivir y pensar.
Es una historia de la sociedad. De mirar el día a día con los ojos bien abiertos. Es una novela de atmósferas. Al fin y al cabo, habla de la necesidad de ser feliz, de la vida, de la importancia de ser nosotros mismos.
 
El escritor ha encontrado en la literatura el terreno abonado para dar rienda suelta a su imaginación. La última “Con un amor bastaba” una novela muy bien construida en la que la búsqueda de la felicidad está presente en todas sus páginas.
Una prosa rítmica, un rito de pasaje y un profundo retrato de un hombre solo, que nos trae los ecos de sus anteriores novelas.
Todo es bello en una prosa que fluye, pero los pasos sonoros de un hombre solo son los que terminan cerrando las páginas del libro, son los que recuerdan que la vida lo es todo, pero sobre todo, una constante lucha con nosotros mismos y sus consecuencias.
Desenlaces hay muchos. Y aunque se van adelantando a retazos, tendrás todos los detalles cuando cierres el libro. Como resultado irás atando cabos aquí y allá hasta tener una perspectiva completa de algunos acontecimientos que se narran, en un principio, de forma sesgada.
A mi parecer, esta forma de contar la historia la hace interesante y te mantiene enganchado a sus páginas con la intención de saber más. La tercera parte de la novela es breve y resuelve las pocas dudas que aún quedan pendientes.
Así mismo, me gusta la melancolía con la que el autor cuenta la historia, porque está basada en la alegría, no en la tristeza, porque deja entrever muchas pinceladas de esperanza y también de bondad. Su dulzura, y su musicalidad.
 
Un libro es evasión y la evasión es necesaria. Creo que todos necesitamos salir de la realidad inmediata.
En “Con el amor bastaba” el protagonista es Elio Ícaro, aunque ya desde el principio remarca que para comprenderlo todo, es preciso entender a su familia y más concretamente a sus padres.
Máximo Huertas vuelve a la familia. Como centro, como anclaje y como pérdida. En ella, microcosmos, ocurre el mundo. El de Elio, el de su hermano con olor a lavanda; el de un padre que se ausenta y construye una nueva vida; y el de una madre que siempre azuza, que anima siempre, que no tiene miedo a lo diferente.
Todos los personajes que aparecen tienen un motivo de ser, todos cuentan algo y tienen algo que aportar tanto al lector como a la vida del protagonista.
El escritor valenciano ha trabajado muy bien la simbología, aportándole mucha personalidad a la novela tanto en los personajes como en el desarrollo de toda la historia.
 
Y tanto que “Con el amor bastaba”, cuando de lo que se trata es de reivindicar la belleza de lo que nos hace único e irrepetibles, diferentes y excepcionales.
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario