viernes, 20 de junio de 2014

GUERRAS CALLADAS.





No estalla como las bombas, ni suena como los tiros.

El hambre, que mata callando, mata a los callados.

De ellos, sabemos todo. Los expertos, los pobrólogos,

los estudian y nos ofrecen los datos actualizados:

Qué no comen,

en qué no trabajan,

cuántos son,

cuánto no pesan,

cuánto no miden,

qué no tienen,

qué no piensan,

qué no votan,

en qué no creen.

Sólo nos falta saber por qué los pobres son pobres.

Ellos, los muertos de las guerras, los presos de las cárceles,

los brazos disponibles, los brazos desechables,

sin tierra, sin casa, sin camino.

¿Será que los pobres son pobres

porque su hambre nos da de comer

y su desnudez nos viste?

¿Qué sería de nosotros sin ellos? 
Poema del libro: Los nadies.

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