jueves, 12 de julio de 2018

DIARIO DE UN INFORTUNIO. Manuel Mata.


“Diario de un infortunio” es la primera novela del escritor Manuel Mata vaya por delante mi agradecimiento por mandarme su novela.
Hay veces que, sin saber por qué, un título se nos queda en la retina y nos invita a saber más de él. Esto me ocurrió con esta novela y con su portada tan llamativa. Una vez más estamos ante otro libro autobiográfico, tan de moda últimamente. Aunque yo, me atrevería a describirlo de un libro de búsqueda del amor. De soledad. De tortura constante. De inventar el amor. Pero no de amor.


Quizá no estamos acostumbrados a que nos hablen de las cosas importantes con tanta claridad, o a conocer los demonios del otro, sus tribulaciones y sus desvelos. Quizás aún nos pesan demasiado los complejos y las vergüenzas o simplemente nos resultan infrecuentes estos ejercicios concienzudos de honestidad.
En esta novela se trata un tema tan delicado, desde la perspectiva distinta a la usual, la del cuidador. Así que, será él, quien relate lo sucedido días tras día a modo de diario, apoyándose en el papel en blanco como único amigo, como única vía de escape, de desfogue.
En síntesis, el infortunio de un ictus cerebral es el inicio de una serie de sucesos desafortunados porque, aunque Dani acaba despertando del coma, en el camino de la recuperación el cuidador debe enfrentarse a multitud de complicaciones derivadas algunas de la enfermedad, y otras de las dificultades de la vida misma, como los problemas económicos, las relaciones familiares y los personales.
Es pues un argumento dirigido a conmover al lector, provocarle, no dejarlo indiferente, sin forzar ninguna situación, pero tampoco dejando de contar sin tapujos lo que es vivir una situación de extrema vulnerabilidad. Ya no solo para la persona que sufre la enfermedad, sino para el cuidador, por su gran exposición a unos hechos tremendamente difíciles y a la vez, a la falta de apoyos para sobrellevarlo.
De este modo, “Diario de un infortunio” cuenta una historia con total realismo y sencillez, pero no se queda sólo ahí, sino que va más allá del enfoque en la enfermedad en la que el cuidador es el principal apoyo del enfermo para su recuperación. Conjuntamente, también, se desarrolla una historia de amor gay que queda completamente por encima de las convenciones sociales y la incomprensión, a veces, incluso de los más allegados.
Además, la obra sirve de crítica a la hipocresía de la entrega por parte de los demás demostrando lo solo que se puede llegar a quedar uno mismo en un momento de necesidad que, por irónico que parezca, es cuando más se les necesita.
Por tanto, vamos a ser testigos de la primera línea de las complicaciones que tienen los cuidadores de estos enfermos tan delicados para compaginar su vida con los cuidados que sus familiares necesitan. Lo relata Manuel Mata mediante escenas de enorme realismo y de gran crudeza. Cómo tiene que cargar con ellos con todas las responsabilidades prácticamente sin ayuda de nadie o cómo el personal sanitario se olvida de las necesidades especiales que pueden acabar requiriendo estos pacientes. Son algunos de los temas que se exponen en esta novela, entre otros muchos. Tiene dilemas morales y éticos.
En general reflexiona sobre el desarraigo y la angustia vital.
Una novela absolutamente catártica. Un libro feroz y cruel, de tal intensidad y emotividad, que lo que menos importa es saber si lo que narra es o no autobiográfico.
Hay vidas que merecen ser contadas por el mensaje que contienen, la reflexión a la que invita, proponiéndonos una excursión por todos los laberintos del alma.


El relato que nos presenta Manuel Matas es tremendamente emotivo, porque explica con crudeza los avatares del cuidador, sus profundos sentimientos de soledad y desamparo ante la situación, y por supuesto, porque nos mantiene constantemente en vilo sobre la enfermedad de Dani. Me ha gustado muchísimo la manera en la que profundiza en el ser humano, cómo a través de distintos personajes el autor nos hace reflexionar sobre la bondad, el egoísmo, la generosidad, la enfermedad, los traumas, los convencionalismos sociales, la intolerancia.
Está escrito en forma de diario desde la cornisa donde observan el mundo los desesperados.
La prosa es destilada, poderosa, emotiva, sin adornos. Saltamos geográficamente y cronológicamente de la mano del autor, sin perder el hilo ni un solo momento.
De igual modo, cada párrafo es un arranque de sinceridad que nos lleva al límite pero que tiene una indudable utilidad, por fin podemos vivir lo que ellos vivieron y ese grito de rabia y dolor quedará registrado gracias a la pluma de Manuel Mata.
Escrito con naturalidad, gusto y delicadeza. Capta la atención con su vigor y frescura, que tiene en la contención su mayor virtud, la novela toma la forma de postales cotidianas y desordenadas, a veces mínimos, con las que Manuel Mata explora la memoria sentimental. Sus palabras trazan por medio de experiencias y emociones sencillas un vivido y conmovedor retrato que logra transmitir, desde la atención a las pequeñas cosas, una honda verdad literaria.
Ahora, puedo decir, que es cuando toca hablar de valentía, otros de los ejes del libro. Valentía por reconocerse, valentía por decidir dejar de esconderse y también por relatarlo casi a tumba abierta en esta novela. Y tal vez, la última valentía, la que parece pedir al lector que acaso se reconozca en la obra: aquel que se siente diferente ya sea por un motivo u otro y se ve apartado, aislado y finalmente autoaislado para intentar ser lo mismo que el resto y encajar.

“Diario de un infortunio” es una historia realista. Una novela que va desnudando, más que los cuerpos, las almas de los protagonistas, con sus cosas positivas y su lado negativo. Un lado negativo mucho mayor del que a primera vista podría suponerse cuando comenzaba a leer la novela. Y para conseguirlo es imprescindible una galería de personajes reconocibles y reales. Y los hay. Todos los personajes que pueblan esta novela están llenos de vida, de sentimientos.
Y poco a poco, esta irá saliendo a la luz, trayendo consigo una seria de biografías cruzadas que vienen de lejos. A través de unos protagonistas cuyos secretos inconfesables y sorprendentes arrastran a unos y otros a un torbellino vivencial y emocional que cambiará sus vidas de una manera radical.
Todas esas vivencias contadas desde la memoria de lo más íntimo de sus protagonistas, conforman una obra coral cuyo resultado es una única historia.
Todo lo que va ocurriendo en la novela alrededor de estos dos personajes, Erik y Dani, conduce a un interrogante. Es la lucha interna contra esas inseguridades.
Amalgama una condición humana en la que nada falta. Es el milagro de la literatura: sumergidas en vidas normales, en personajes que muy fácilmente podríamos identificar en nuestra cotidianidad, alumbran las pasiones, los odios, los amores, los miedos, la soledad, la pobreza, la avaricia, el olvido, la enfermedad. Una serie de emociones, arquetipos de lo humano, delatores de esas manchas negras que nos oscurece el alma como que ilumina virtudes de las que no somos muy conscientes.
Unos personajes que ya sean protagonistas o secundarios, muy bien dibujados y muy humanos, todos gozan de importancia y a los que les vamos a querer u odiar, pero que en ningún caso nos van a dejar indiferente.
El peso de la historia lo soportan prácticamente dos protagonistas de diferente condición y aptitud.
Los comentarios y los silencios de todos señalan con el dedo esa circunstancia y marcan el ritmo de lo que con la vida tiene que hacerse. La particularidad de esta novela, en mi opinión, es la profundidad psicológica de su protagonista y las múltiples reflexiones que nos plantea con una historia, en apariencia ligera, que esconde mucho más de lo que parece.

Se trata de un libro interesante. La literatura, a veces, tiene este poder, el de desestabilizar, el de provocar un ligero vértigo o un bostezo dentro del pecho.
Y le doy las gracias, por la valentía, por la música y el talento, por comprometerse.
Como pasa con los amores locos, uno podría dejarlo todo aparcado y, en esta ocasión, dedicarse sólo a leer. A leer “Diario de un infortunio”.   


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