lunes, 30 de julio de 2018

LA HIJA DE CAYETANA. Carmen Posadas.


Como original lo es mucho: una mulata que es criada en un mundo de blancos, que es hija de una esclava a la que convierte en su hija una duquesa. Dos mujeres, una real y otra fruto de la imaginación de la autora, conquistarán al lector que no dudará en acompañarlas a lo largo de las páginas de esta novela.


SINOPSIS: La historia menos conocida de la mujer más fascinante. Un episodio asombroso y olvidado protagonizado por una de las mujeres más célebres de nuestra Historia: Cayetana de Alba, la inolvidable musa de Goya.
Excéntrica, caprichosa y libre, durante más de doscientos años su poder de seducción se ha mantenido inalterable. Sin embargo, pocos saben que la duquesa adoptó a una niña negra, María Luz, a quien quiso y educó como a una hija y a la que dejó parte de su fortuna.
Carmen Posadas cuenta con mano maestra la peripecia de las dos madres: la adoptiva, con sus amores y dramas en la corte de Carlos IV, un auténtico nido de intrigas, y la de la biológica, Trinidad que, esclava en España, lucha por encontrar al bebé que le fue arrebatado al nacer.
 






En “La hija de Cayetana” de Carmen Posadas se sirve de una sorprendente historia real, poco a nada conocida, como es la adopción de la Duquesa de Alba de María de la Luz, su única hija. Una niña de raza negra de la que no se sabe prácticamente nada, y cuya existencia es totalmente desconocida para la mayoría de los lectores.
A partir de este hecho, Carmen Posadas nos sumerge magistralmente en dos mundos paralelos. El primero, el de Cayetana de Alba, una de las mujeres más poderosas de finales del S. XVIII y principios del S. XIX, adoptó su única hija de raza negra, María de la Luz, a la que otorgó testamento pero de quien no se sabe de su existencia.
El segundo, la autora recrea la vida en la corte de Carlos IV y en la España de finales del S. XVIII; donde la Duquesa era la estrella más rutilante de aquel período, protagonista y víctima a la vez de una vida excesiva.
En paralelo, la autora nos explica los avatares de la madre de la niña, Trinidad, una esclava cubana que pierde en poco tiempo el amor de su vida y a su pequeña, y que no flaqueara en su empeño para recuperar a ambos. Su peripecia vital es, también, la de unos de los episodios menos conocidos de nuestra historia: la esclavitud en la España peninsular.
Finalmente, María de la Luz, emprende su propio camino en busca de sus raíces y de su identidad. Un camino plagado de peligros para una niña que se ha criado en un mundo cerrado y muy protegido del que siente –y le hacen sentir- que no forma parte.
A pesar del título, no es la niña la protagonista de la historia, sino sus dos madres, la duquesa y la esclava Trinidad, donde la madre biológica emprende una ardua pero incansable búsqueda de su hija, que ella bautizo como María, antes de que se la arrebataran.
Otro tema central de la novela es la esclavitud. La compra de esclavos negros en la España del S. XVIII para ser explotados por la clase alta y también para ser disfrutados como algo exótico. Ya que, de alguna manera, la asociamos al mundo colonial en exclusiva, pero fue una realidad en la España metropolitana de entonces.

Una sorprendente mezcla de personajes nos trae Carmen Posadas, tanto los reales como los ficticios, a los que la autora dota de volumen convirtiéndolos en reales. Pero no solo los protagonistas están trazados con mino, los secundarios también.
Una historia en la que, girando en torno a estas tres mujeres, la realidad y la ficción se dan la mano de una manera asombrosa, sin que nada este fuera de lugar, conformando una novela por la que de forma natural desfila no sólo la nobleza de época, sino también personajes importantes de la vida cultural, artística y política de España.
Por las páginas de la novela se van a pasar desde Cayetana de Alba –protagonista-, Trinidad –madre de la niña-, Juan García –el dueño de la plantación-, María de la Luz –hija biológica de trinidad e hija adoptiva de Cayetana- ; hasta el duque de Medina Sidónia –marida de Cayetana- duquesa de Osuna, Francisco de Goya. Manuel Godoy, Moratín o la Tirana entre otros. Mezclándose con personajes imaginarios que podrían perfectamente pasar por reales, gracias a los cuales la escritora nos muestra una imagen fiel de la vida cotidiana y de las rencillas políticas y sociales de la época.
El verbo amar se conjuga en todos sus formas, como también lo hace el verbo poseer. En otras palabras, dos mujeres que aman a una misma niña, dos mujeres que tienen vidas completamente opuestas, pero que cuando se conocen un nuevo mundo se abre para ellas y para María de la Luz.

La autora mueve dos hilos narrativos para mantener una tensión dramática constante y atrapar página a página. Para envolver y emocionar con una historia real y una historia ficticia que queremos conocer hasta el final, y para llegar a un final y querer saber más  y más de la historia.
La prosa es sencilla, elegante, cuidada, fluida con unas descripciones gracias a las cuales construye una magnifica ambientación pero que no impide avanzar consiguiendo que el lector lea con interés. Además, impregna toda la obra de una finísima  ironía que se torna, de vez en cuando, en un guiño de humor inteligente, pese a la dureza de algunos de los episodios narrados y, en especial, de aquellos relacionados con lo que hoy llamamos brecha social –la enorme distancia que separaba a la aristocracia del pueblo llano- y la esclavitud.
De ahí que siguiendo un hilo cronológico lineal roto por algunos flashbacks, con un ritmo adecuado para poder deleitar con la manera de escribir de la autora. Posee una trama muy sólida, magníficamente construida, con todo el proceso bien urdido y sin que quede ningún cabo por atar.
Obvio es que asistimos no solo al devenir de la existencia de esta familia como tal, sino que seremos testigos de todo el entorno que rodea a la pareja, por lo que el componente histórico tiene un peso fundamental en la novela. Sin embargo, estas escenas están descritas de una manera tan viva y espontánea que no encontramos grietas entre la parte ficcionada y la histórica.

Estamos ante una novela que puede leerse con avidez y que incluso cuando termina, uno siente cierta tristeza. Carmen Posadas describe casi la gloria y también la desesperación, la miseria, la envidia y la marginación. La autora nos hace disfrutar con su estilo fresco desenfadado, con su talento para construir historias que despiertan el interés, lecturas amenas y entretenidas, con personajes intensos, episodios que es necesario conocer y un contexto histórico apasionante en el que se dan cita: intrigas, pasiones, luchas de poder y cotilleos.


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