sábado, 28 de julio de 2018

EL COLUMPIO.








¡Bravo! para los que plantaron

hábilmente cuatro pilares.

Unos suben para mecerse

y otros miran el balanceo.

Arquea el muchacho sus rodillas

de grulla, y hala y hala sus riñones;

la muchacha flexiona su cuerpo de avispa,

se tiende y tiende los senos arriba.



Cuatro piernas de pantalones

rosados chasquean al viento,

y dos pares de muslos blanquecinos

se extienden paralelamente.

¿Saben acaso aquellos que practican

estos juegos primaverales

que una vez retirados los postes

los huecos quedan en el abandono?

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