domingo, 2 de abril de 2017

TUS MANOS.



 

Intento abrirme paso entre esta niebla,
de verdad que lo intento,
bracear en las aguas oscuras de la noche
y llegar a una orilla
donde brille a lo lejos una luz de esperanza.

Intento recordar cómo es la risa,
saber si alguna vez besé otros labios,
si mi piel se encendió junto a otra piel,
si lloré por amor,
si creí ser feliz, si aquel deseo
que engulló un espejismo, revivía.

Pero no reconozco mis edades
en ninguna emoción que haya vivido;
de aquello, si existió, no queda nada.
Solo puedo observar cómo se afilan
las líneas de tu rostro,
escuchar tu silencio impenetrable,
buscar en tu mirada una señal.

Y mirar y mirar esa blancura,
esa piel transparente de tus manos.

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