Hoy
salió un niño a la calle
a buscar
la primavera.
Lleva
los bolsillos amplios,
crecidos
en larga espera
de
días largos de lluvia,
en
largos días sin tregua
y
hoy quería llenarlos
de
sonrisas y agua fresca.
¡Agua
nueva en los bolsillo
manantial
de tiempo y seda!
Y
recorrió las aceras,
y parques
con la mirada,
los
cielos, las azoteas
pero
allí no encontró nada.
Sólo
un verso de cenizas
de
un árbol que aún ríe
¡y
canta!
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