lunes, 20 de julio de 2020

UN PERFECTO CABALLERO. Pilar Eyre.


Periodista, biógrafa y narradora, Pilar Eyre lleva años conquistando un lugar destacado en las preferencias de los lectores. Ahora se planta en la Barcelona de 1939 para acompañar a las tropas del general Yagüe cuando entran en la ciudad.

SINOPSIS: En enero de 1939, las tropas de Franco entran triunfantes en Barcelona. Con ellas va Mauricio Casasnovas, guapo como un artista de cine. Es el heredero de una empresa textil, al que espera una mujer sumisa y un futuro dorado de noches en el Liceo, los mejores sastres y fulanas de lujo. Pero la brutalidad de la guerra ha abierto una grieta en su corazón que no deja de agrandarse. Mauricio, a pesar de estar casado, conoce por primera vez el amor y la pasión con una obrera de su fábrica, cuyo marido está encarcelado. Atormentado al no poder poseer a esta mujer por completo, Mauricio comete un hecho terrible cuya culpa lo perseguirá para siempre. Además, su vida conyugal esconde un enigma tan devastador y sorprendente que ni él ni nadie ha podido sospecharlo jamás.
Pilar Eyre nos invita a mirar por el ojo de la cerradura los secretos más ocultos, fascinantes y vergonzosos de una Barcelona de contrastes, desde las orgías en el hotel Ritz a las devotas misas de doce. La vida íntima de sus protagonistas en pisos elegantes o en humildes cuevas. Criados y señores, pobres y ricos, honrados y canallas cuentan su magnética historia con un final tan arrebatador como todo el libro.

Con sinceridad diré que me ha costado engancharme a esta novela, y no porque la historia sea tediosa, si no por pura ignorancia. Pilar Eyre retrata en “Un perfecto caballero” una generación olvidada. Se ha hablado mucho de nuestro pasado, pero no de los años 40 y 50. Tampoco se habla de la generación, de aquella época, que nunca se recuperó de la guerra. En Rusia en la División Azul. ¿Hoy quién se acuerda de ellos?
El objetico de este libro es reivindicar un poco la memoria de todas estas personas y demostrar que hubo gente honrada en los dos bandos. La de aquellos que lucharon en la guerra y a pesar de ganar, perdieron.
Quizás la falta de conocimiento sobre el contexto histórico es lo que ha frenado el sentimiento de empatía en la historia, sin embargo, según pasé las páginas entendí el ambiente en el que se desarrollaban estos hechos y acabé por apreciar cada detalle de esta tremenda historia.
“Un perfecto caballero” os lleva de lleno a una nación devastada por la guerra, donde nadie habla, ni se quiere acordar de qué ocurrió. Centrada en Barcelona, aunque también se nombra a Sitges y a alguna otra localidad catalana, la autora os presenta un mosaico desigual, donde los vencedores y los vencidos están juntos, pero no conviven, ni ven la vida del mismo modo, no del mismo color.
Pilar Eyre destripa la memoria de su familia para presentar una Barcelona acomodada frente a una mayoría desamparada tras el final de la Guerra Civil. Un mundo caracterizado por los matrimonios convenidos, las falsas apariencias y los grandes apellidos. Frente a la vida de los sirvientes, el pesar de las mujeres de compañía y los miles de personas que tuvieron que emigrar para no pasar hambre.
Esta es una historia ambientada en la posguerra cuyos temas pasan el amor, infidelidad, amistad, culpabilidad, desencuentros.
“Un perfecto caballero” narra la historia de Mauricio Casasnovas, un joven heredero de una empresa textil, a través de la trama de esta novela, dibuja un retrato fiel de una Barcelona de luces y sombras. Un relato en el que se dan la mano la Barcelona más burguesa desfilan por estas páginas, en las que una sociedad traumatizada intenta recuperar la alegría previa a la guerra, nombres como los de Bofill, Caralt, Ribes, Moncada, Regás…gente que no duda en alzar el brazo, vestir camisa azul cantar el cara el sol y emplear el castellano, desterrando el catalán, mientras rehúyen hablar de la tragedia civil vivida porque resulta de mal gusto. Por otro lado, estaba la clase obrera formada en su mayoría por hombres y mujeres que llegaban desde otros lugares de España en busca de un trabajo en la floreciente industria textil; que hacían cola a las puertas de una fábrica para conseguir un puerto de trabajo y que habitaban en cuevas o dormían en el mismo suelo de la fábrica porque no tenían donde vivir.
Lo que queda bien claro es que, casi tres cuartos de siglo después de su final, la Guerra Civil Española y la Posguerra sigue siendo un tema controvertido y del que poco o nada se habla. El libro está escrito desde la perspectiva de quienes ganaron la guerra pero luego perdieron, un poco, la posguerra, porque todos fueron perdedores: quiénes ganaron y quiénes perdieron.

La prosa de la autora me ha parecido una maravilla, nunca había leído un libro suyo hasta ahora y en ese aspecto me ha conquistado. Está escrito de una manera muy elegante y se respira una gran implicación personal entre sus páginas.
La novela empieza en el año 1939, cuando Franco entra triunfante en Barcelona con sus tropas. A partir de este momento en la novela se suceden aventuras y tragedias.
La guerra ha pasado, y sin embargo todo permanece tiznado por el hollín de su infierno. Castigado por la fiebre y las obsesiones que sufren quienes pelearon en la trinchera, Mauricio se abre paso en una sociedad que, como él, parece incapaz de volver a ser como antes. Se despliega ante el lector una Barcelona contradictoria, de estancias inmundas y pobres con lujosas habitaciones donde alguien siempre rumia una angustia o un agravio.
Criados y señores, proletariado y empresarios del franquismo, pobres y ricos, honrados y canallas se mezclan en este libro que tiene como centro una historia de amor, la de Mauricio Casanova y Amparo, una obrera de su fábrica cuyo marido está encarcelado. Entre el deseo y la culpa, Mauricio Casanova sirve a Pilar Eyre no sólo para contar una Barcelona de contrastes, desde las orgias en el hotel Ritz hasta las devotas misas de doce, sino también para escribir una indagación humana y personal. Con maestría Eyre recupera los espacios íntimos, esos habitáculos emocionales y familiares en los que se crece como novelista y que en esta ocasión le permite adentrarse en los salones, comedores y armarios de la burguesía barcelonesa que cantó el cara al sol en el Liceo.
Porque esta novela se ha construido con retazos de su vida y recuerdos de su familia. La pluma de Pilar es soberbia, un libro elegante, técnicamente eficaz y que se vale de lo íntimo para construir una memoria colectiva y personal. En rigor la ambientación de la novela me ha parecido sublime, con los ojos cerrados he podido imaginar cada detalle de las calles, de sus teatros, de las fiestas… la autora barcelonesa ha conseguido crear un retrato de la época adecuado y completo. Una ambientación que nos lleva a ver la ciudad de Barcelona desde otro punto de vista.

“Un perfecto caballero” es una novela poblada por personajes muy conocidos de aquella sociedad burguesa como Samaranch, Carulla, Carlos Sentís, el actor Alberto Closas, o el mismo padre de la autora, que se mezclan con personajes ficticios sin que en momento alguno podamos hacer distinción entre unos u otros.
Me ha gustado la forma en que la escritora nos presenta a los personajes de esta novela siempre bien construidos, con aristas, con secretos, como le pasa al protagonista.
Si por un lado, el personaje de Mauricio es potente; tal vez, no enpaticéis en ocasiones, pero que ha sabido trasmitir su dolor, evoluciona mucho a lo largo de la novela. Empieza siendo un hombre frío, ausente, incluso cruel. La guerra le ha generado unas heridas que no acaban de sanar. Sin embargo, acaba por perdonar, por perdonarse por aquello que se vio obligado a hacer. Se vuelve terriblemente humano. Por otro lado, tampoco se quedan atrás los dos personajes femeninos que marcan su vida.
Cabe destacar la evolución de los personajes de Conchita, la mujer de Mauricio, y el de Amparo. Dos mujeres débiles en un  inicio y subyugadas a los  encantos de Casanovas, que acaban por tomar las riendas de su vida y deciden luchar por aquello en lo que creen. Unas mujeres que poco a poco y a su manera se van haciendo dueñas de la historia que narra Pilar Eyre. El resto de los personajes también me han gustado creo que la autora ha conseguido retratarlos de forma adecuada para que podamos zambullirnos a través de la visión de cada uno de ellos y así hacernos una composición de esta realidad que vivieron.
Resaltar que su propia familia tiene un papel protagonista en sus páginas y la ciudad donde ella misma reside es el escenario sobre el que levanta esta historia de amor, de traición y, también, de política.

“Un perfecto caballero” es una novela de costumbres, del día a día. La recuperación de un tiempo no tan lejano de silencios y complicidades de al mejor sociedad catalana. Y permite pasar unas horas entretenidas en estos tiempos de desolación estivales.


2 comentarios:

  1. Hola, pues yo no conocía el libro, pero la sinopsis me llamo mucho la atención ya ahora leyendo tu reseña, quizá para otras personas sea mucho más fácil poder engancharse al libro, me encantan que los personajes estén bien construidos y con sus secretos, es algo que yo suelo disfrutar mucho en los libros, esta de más decir que me llevo el libro anotado, saludos desde kiwybooks y gracias por la reseña!

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    1. Hola Kiwy. Me alegro que te haya llamado la atención el libro.
      Disfruta de la lectura.
      Saludos!!!!

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