Su
nombre, a fuerza de premios, se ha convertido en una figura representativa de
la actual literatura española. El reconocimiento de mayor repercusión hasta el
momento ha sido sin duda el apoyo del público, pero también el Premio Nadal
otorgado a su novela: “La vida era eso”.
A
través de conversaciones, recuerdos, comentarios espontáneos en las redes
sociales, escenas cotidianas con vitalidad y sin dramatismo aderezado con un
cicatrizante sentido del humor; Carmen Amoraga construye una novela íntima
sobre el amor y la perdida, el valor de lo vivido y lo por vivir.
SINOPSIS: Porque aprender
a perder es aprender a vivir. La muerte
fulminante de su marido deja a Giuliana devastada y sola con dos hijas
pequeñas. Superar un día tras otro está poniendo a prueba su resistencia y su
imaginación.
La
compañía, el apoyo, la ayuda de los demás y sus nuevas relaciones en las redes
sociales llevarán a Giuliana a enfrentarse al dolor de la pérdida y a volver a
empezar.
A
través de recuerdos, escenas cotidianas, con vitalidad y sin dramatismo, Carmen
Amoraga construye una novela íntima y universal sobre el amor, la pérdida y las
segundas oportunidades. El valor de lo vivido y lo que queda por vivir.
La
novela parte de un hecho muy duro, que remueve mucho al lector, la gran lacra
del cáncer. Pero sobre todo, habla de los sentimientos atemporales, donde aúna
el amor y la pérdida, el recuerdo de lo vivido cuya intensidad devuelve las
ganas de vivir; al hacernos sabedores de que una etapa ha terminado pero
también, la culpa y la relegación al olvido de lo malo nos saca del
ensimismamiento devolviéndonos a la cruda realidad. Porque después de la
desesperanza vuelve la esperanza y la aceptación. Y, a su vez, sirve para
cerrar un capítulo que abre el camino a uno nuevo. De ahí que sobrevivir nunca
es lo mismo.
Una
enseñanza, una moraleja sobre la superación. Nos demuestra, con ágiles golpes
de ritmo, a veces con apretadas líneas, como la protagonista desgrana en poca
palabras el complejo recuento de una vida en común con su pareja tras el mazazo
de un cáncer letal. De igual manera, la novela funciona desde el eje del tú-yo
de la pareja; puesto que, no es una novela tiste, sino fuerte, cercana,
restauradora.
La
trama nos envuelve en un abrazo, nos lleva de la mano en esta enseñanza a
superar el dolor de la perdida. Eso se refleja en la acertada división de la
novela que ayuda a comprender la situación psicológica de las distintas etapas
por la que va pasando la protagonista. Carmen Amoraga nos presenta una prosa
lúdica, diestra, reconfortante donde tiene la capacidad asombrosa de tocar los
sentimientos del lector. De ahí que, el texto nunca se pierde en disquisiciones
aportando vitalidad. No obstante, es un libro que duele, que cala muy hondo,
porque es imposible no sentir el dolor de la protagonista y hacerlo nuestro.
Es
verdaderamente admirable, como en un conjunto de frases cortas y certeras, la
escritora, ha sido capaz de cincelar un complejo entramado de personajes muy
bien definidos y caracterizados. Ha sido capaz de romper moldes con cada uno de
los protagonistas.
Sin
lugar a dudas, construye una historia realista donde consigue hacer una
reflexión no tanto sobre la muerte, sino sobre la aceptación de la misma.
No conocía el libro, pero tiene buena pinta, me lo anoto por si me ánimo a leerlo, ahora tengo pendientes. Un saludo
ResponderEliminarSandra, seguro que te gustará y disfrutarás con su lecturra. feliz lectura. Un abrazo.
ResponderEliminarJosé Antonio, que pedazo reseña que has hecho, eres buenísimo hijo, no se como aun no te dabas a conocer. Eres increíble. Me lo apunto ¿lo dudabas? Un abrazo.
ResponderEliminarMª Carmen Moreno, gracias por tus palabras. Me he sonrojado. Me alegro que te guste. Un abrazo.
EliminarJosé Antonio, que pedazo reseña que has hecho, eres buenísimo hijo, no se como aun no te dabas a conocer. Eres increíble. Me lo apunto ¿lo dudabas? Un abrazo.
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