Ilustración autor desconocido.
Déjame
que escriba todo
lo
que me venga a los labios,
lo
que descienda a la pluma
y
caiga en el papel blanco.
No
me taches esas líneas,
no
digas no, con la mano,
ni
moviendo la cabeza
y
su cabello anillado.
Son
cosas nuestras, muy nuestras,
maduras
de muchos años,
verdes
de algunos minutos
y
que yo escribo temblando.
Ya
haremos, alguna vez,
con
lo escrito, dos repartos,
uno
para darlo al mundo,
otro
para bien guardado.
Pondremos
nuestros papeles
abiertos
en tu regazo,
y
aquello sí y esto no,
a
la par diremos ambos.
Los
suspiros para el viento,
los
besos para enterrarlos.
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