Hay
libros que parecen partir con un halo de misterio y éxito, y eso hace que nos
fijemos en ellos directamente. “La casa
de las miniaturas” es la primera novela de Jessie Burton. Una obra que
confluyen ambiciones y bajas pasiones, un reflejo entre las constantes
tensiones entre lo moderno y lo convencional, entre la identidad individual y
social.
SINOPSIS: Un día de otoño
de 1686, una joven de dieciocho años llama a la puerta de una casa señorial en
el barrio más acomodado de Ámsterdam. Nella Oortman se ha trasladado del campo
a la ciudad para convivir con su marido, Johannes Brandt, un hombre maduro y
distinguido comerciante que habita en la mansión en compañía de su hermana
soltera y rodeada de fieles servidores. Como regalo de boda, Johannes obsequia
a su flamante esposa un objeto muy de moda entre la gente pudiente de la época:
una réplica de su propia casa en miniatura, que Nella deberá poblar con las
figuras creadas por una desconocida miniaturista que ha encontrado por azar.
Sin embargo, poco a poco, el amable pasatiempo se irá transformando en la clave
de una serie de inquietantes revelaciones que conducirán a Nella a
desenmascarar los secretos más oscuros de los actuales moradores de la casa
—incluido su marido—, arrojando luz sobre los peligros que amenazan la
supervivencia de su nueva familia.
Con
el planteamiento, Jessie Burton, construye una historia que combina una trama
de intriga: las miniaturas, que tienen un toque paranormal, con el retrato
social de un Holanda del Siglo XVII.
Así
mismo, “La casa de las miniaturas”
contempla de forma magnifica y soterrada temas tan controvertidos como el papel
de la mujer en la familia y en la sociedad, el racismo y en concreto los tabús
sexuales como la homosexualidad.
La
autora confecciona un relato vibrante que refleja la sociedad gremial de la
época en una ciudad y en un momento en el que parecía que cualquiera podía
enriquecerse. Una ciudad que hubiera debido ser moderna y abierta para la
época, pero que seguía reprimida en muchos aspectos por convencionalismos y
viejas creencias heredadas del pasado.
Paso
a paso, pista a pista y misterio a misterio nos adentra en una historia
intranquilizadora. En concreto, uno de los aspectos que me ha llamado la
atención es la ambientación con toques bastantes oscuros y tenebrosos.
Precisamente, si a una historia de misterio e intriga le añades un marco de
estas características, todo resulta mucho más abrumador y llamativo.
Una
historia intensa de amor, sexo, hipocresía y codicia; en la cual, la autora
cuestiona las ideas asociadas al matrimonio.
Lo
primero que llama la atención, al comenzar la novela, es la prosa rica,
envolvente y cuidada de Jessie Burton. Maneja el lenguaje con gran habilidad,
cuidadoso y minucioso e incluso se podría clasificar de detallista. Quizás por
ello, el ritmo es pausado y conviene subrayar que la autora es envolvente. La
historia, aderezada con un toque
sobrenatural y un aura de misterio, fluye sin esfuerzo. Para comprender mejor
ofrece un mosaico cubierto de pequeños detalles que conducen al lector, sin
apenas darse cuenta, por un entramado que le muestra la sociedad del Siglo XVII
como si se tratara de un juego en el que presenta la vida dentro de la casa de
muñecas.
En
realidad, su narración nos envuelve en una atmosfera apasionante, en la que el
fervor religioso se lleva a los extremos, donde los prejuicios sociales están
por encima de las conciencias y las ideas del individuo. Un mundo intransigente.
Una
novela retorcida, compleja y muy original que va generando una sensación
perturbadora al lector.
Es
esta una novela de pocos personajes pero interesantes, profundos y matizados
con muchos detalles que se desarrollaran y desvelaran a lo largo de la trama.
Porque son ellos el principal atractivo de la novela.
Por
tanto, da protagonismo a las mujeres que cargan con el peso de los
acontecimientos. En cierto modo, “La casa
de las miniaturas” es una novela sobre la complicidad femenina. Un espacio
íntimo de mujeres fuertes.
Para
ser más específico, la ingenuidad de la protagonista –Petronille (Nella)- que
descubrirá una fortaleza de carácter que desconocía tener. Así como, la
impenetrable, ambigua y solterona –Mari (cuñada de Nella)- llena de claroscuros
por descubrir. Son el contrapunto de la novela. Porque, como veremos a lo largo
de la evolución de sus historias personales, ninguna de las dos vive según lo
que estipula el matrimonio convencional. Por una parte, Marin con su intachable
soltería y por otro lado, el casamiento fallido de Nella con Jahannes Brandt
donde esconde su homosexualidad disfrazada con una doble vida.
Con
respecto a los personajes masculinos, algo difuminados, quedan en un segundo
plano. Pero a la vez, imprescindibles y fascinantes para el protagonismo que
les otorga la autora; primero está Johannes Bradt es un duro comerciante que
mueve la economía de la zona y que detrás de la apariencia de un honrado
ciudadano, intentará encubrir lo mejor posible su orientación sexual; luego
está Otto, un esclavo negro, que fue comprado por el protagonista y a quien el
resto de la sociedad mira con recelo.
Acorde
con lo escrito anteriormente, no es casual que cada personaje haya decidido ir a
contracorriente. Y están construidos a través de un espejo de personalidades
contrapuestas. De modo que, a partir de la mitad de la novela, la autora irá
desenmascarando en diferentes situaciones, para llegar a un final de esos, en
que parece que la vida de cada protagonista queda suspendida.
“La casa de las
miniaturas”
es una muy buena primera novela que se encuadra en las obras para entretener y
disfrutar, eso sí, con un nivel más que digno. Ya que, bajo las sorpresas de
esta casa se esconden mensajes de calado social. Ahí reside el tema importante
de esta obra: la búsqueda de identidad y de un lugar propio en ese mundo que
les rodea tan hipócrita y de raciocinios tan cerrados, la necesidad de tomar
las riendas de su propio destino a pesar de las adversidades, sin tener que
disimular ni delegar sus vidas en manos de nadie.
No
podemos clasificar la novela de histórica, thriller, o romántica… Porque,
siguiendo con este juego de sutilezas de la autora, lo que sí se puede decir es:
sí quieres leer una historia diferente está en una muy buena opción. Profunda e
introvertida, llena de misterios por resolver, con un equilibrio narrativo
interesante.
Tiene muy buena pinta, lo dejo apuntado y quizás en algún momento le encuentre hueco! Un saludo!
ResponderEliminarHe leído reseñas diversas de esta novela y durante un tiempo tuve muchas ganas de leerla y me la compré en inglés en una tienda de segunda mano, por una cosa u otra el tiempo ha ido pasando y no la he leído. Espero poder hacerlo antes de que termine el año porque por lo que cuentas creo que puede gustarme. Un saludo!
ResponderEliminarA mi me encantó, pensaba que las apariencias engañan y de lo que pasa dentro de una casa no sabemos más que la cara que estos quieran dar al mundo, se critica por afición, no porque sepamos realmente lo que sucede. Es estremecedor el final de Jahannes.Saludos
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