sábado, 30 de julio de 2016

ADIOS.




-Narciso Eduardo Pereyra-

Se me fue de las manos
este amor de trigo maduro.

Una novela sin final,
medio camino.

Nada hay que duela más que una caricia
muerta a mitad de piel.

Lo que no fue del todo
queda como una estrella en una noche
blanquecinamente nublada.

El viento trae un mágico desvelo de guitarras;
la noche anda sin rumbo por las calles.

Es inútil, son cosas…
Uno siempre se queda sin lo de uno.

Hay que seguir, aunque sea
con la mitad del alma.

No hay comentarios:

Publicar un comentario