Soy
necesaria al ponerse el sol
porque
¿quién vigilaría las estrellas?
¿Quién
miraría si cada trébol plegó sus hojas?
¿Quién
apagaría los fuegos encendidos?
¿Acaso
te preocuparía el ladrido lejano
de algún
perro solitario?
Ya
ves, ése es el momento
de mis preocupaciones.
Y
camino como si llevara atadas a mi cintura
las
llaves de la noche.
No hay comentarios:
Publicar un comentario