Esta
es la segunda novela que leo de la autora, como todo sus libros, divertidos y
extravagantes, con tintes autobiográficos. Todos ellos con un sello muy personal.
Amélie
Nothomb nos deja una novela corta con tintes irreverentes. La singularidad de
esta obra viene de la mano de la amistad combinada con el champán.
SINOPSIS: Disponer de un
buen compañero de borrachera es un asunto muy serio. Aficionada al champán,
Amélie Nothomb encuentra a la camarada ideal de manera imprevista en una
librería donde ha sido invitada a firmar ejemplares de El sabotaje amoroso.
Pétronille Fanto, un ser andrógino de veintidós años que parece que tenga
quince, una especialista en Christopher Marlowe con aspecto de poligonera, se
convertirá con el tiempo en una escritora prolífica y, quizás, en un álter ego
maligno de la misma Nothomb. La amistad etílica entre la escritora consagrada y
la novel se transforma en duelo dialéctico, diversión, compañía y contraste...,
pero también en un riesgo.
Novela
de inspiración autobiográfica, Pétronille es una ficción delirante y
tremendamente divertida en la que hallamos algunos de los temas predilectos de
la escritora belga: el protagonismo del cuerpo, la reflexión sobre la creación
literaria y la sátira sobre la maquinaria editorial que la acompaña... Amélie
Nothomb sumerge al lector en el estado de ebriedad entre ascético y alucinatorio
del alcohol consumido en ayunas gracias a una prosa de una cosecha excelente en
la que abundan el humor negro, la ironía y la genialidad estilística que la
caracterizan. Puro oro líquido.
La
relación entre escritores y el alcohol viene de antiguo. Muchos creen que el
alcohol ayuda o potencia la imaginación, y no es algo carente de sentido. Claro
que, lo que se crea es menos que lo se destruye.
Reza
el tópico que la novela es una mentira que dice la verdad. Me decidí a probar
la nueva vendimia de Nothmb y su pasión por el champán.
Esta
novela es una oda al sabor del champán por supuesto, pero también a la amistad.
“Pétronille” se esconde detrás de la
escritora Stephani Rattale. La autora la retrata como una mujer joven y burbujéate,
desilusionada y caprichosa, brillante y exuberante, deprimida y particularmente
dotada. Ciertamente, Amélie Nothmb rindió un homenaje a ella misma.
Porque
“Pétronille” es mucho más que el
retrato de la propia autora y mucho más que una afición entre dos mujeres que
se acomodan a tomar copas de champán. Es, conjuntamente, la historia de una
amistad tumultuosa entre dos mujeres singulares, dos extrañas que se encuentran
y establecen un punto común en el fondo de una copa comenzando así una relación
que durará años. Una historia de pasiones desmedidas.
Amélie
Nothomb es una escritora imaginativa y llena de fantasía que lo demuestra en
esta obra divertida, con momentos hilarantes, muy descriptiva con las huellas
asociadas a la ebriedad y que tiene mucho humor negro y de ironía. Como viene
siendo común en todos los libros de esta escritora.
En
ella, además de ensalzar la amistad, se produce la correspondiente sátira del
mundo editorial al comparar las vidas y trayectorias de una escritora
consagrada con otra novel.
Porque,
a fin de cuentas, bajo “Pétronille”
subyace, pero no se oculta, una reivindicación triste pero urgente del
alcoholismo que necesita más pensamiento y menos ironía. Por supuesto, también
hay un canto al esfuerzo como medio de conseguir objetivos.
En
contraste con lo anterior, no le he encontrado a esta novela el valor que se le
anticipa al leer las críticas de la contraportada. Ésta es ahora, por así
decirlo, más Amélie Nothomb versionándose a sí misma. Simplemente, es una marca
de la casa que, espesa la receta de la trama y la jalea a base de borracheras y
marcas de champán.
Con
esta novela Amélie Nothomb regresa y ofrece una lectura sabrosa y efervescente.
La trama es suave y con buena pluma como sólo la autora tiene el secreto de
llevar al lector a su mundo surrealista.
“Pétronille” se las arregla
con su ritmo y brevedad; exhibe un estilo con un humor irónico donde se sabe en
todo momento que la trama del libro puede parecer salvaje y desigual,
fascinante y agresiva, divertida y peligrosa. Con un final inesperado que lleva
a conclusiones no previstas.
No
obstante, esa chispa con la que empieza la novela se desliza por el tobogán de
la trama fácil y floja de leer. Y te das cuenta que entre las manos tienes una
narración fragmentada. Donde las palabras entran en una máquina centrifugadora
y adquieren una velocidad endiablada para generar imágenes y situaciones
absurdas con la misma facilidad con que fabrica naderías
Algo
semejante ocurre con el libro, qué solo se experimenta mientras se va pasando
páginas. Porque como en todo instrumento de medida que se precie, las
constantes vienen siendo eso: constantes. Una medida de 160 páginas, capítulos
breves donde el diálogo se alterna con descripciones escuetas y minimalistas;
personajes excéntricos, autora inclusive, y temática social con controversia.
La
repetición de tales características se traduce en un riesgo evidente: cuando
algún elemento chirría, la ilusión se viene abajo, y nos remite al truco
fallido que sencillamente no ha acaba de cuadrar.
La
caracterización de los personajes, Nothomb ha sido capaz, marca de la casa, de
romper moldes y presenta la vida de las dos protagonistas que sufren altibajos.
La autora profundiza de forma incansable en la psicología de los personajes,
donde no hay anestesia en los sentimientos. Ya que se ven constantemente,
frustrados por los caprichos del argumento, aunque cada personaje intenta
transcender la limitaciones de su existencia, ninguno consigue esquivar su
sino. Son rehenes de una vida que no han podido cambiar y cuyo único final feliz
es la aceptación resignada del destino que les ha tocado vivir.
Indiscutiblemente,
hemos tenido Nothomb mejores, pero también debe considerarse que, poco o mucho,
cada una de sus publicaciones acaba sumando. En su bibliografía, sin duda, esta
novela autobiográfica debe de complacer mucho a los seguidores de Amélie
Nothmb, ya que revela algunas existencias de la escritora, o al menos su estilo de vida. Para ellos, la
respuesta es claramente positiva. Para otros, en cambio, la complacencia será
más evidente si eres fan del champán o de historias cortas con personajes excéntricos.
Razón
por la cual, es difícil no leer esta novela sin caer en la tentación de abrir
una botella de Taittinger o tal vez de Perrie Joulet; para pasar un buen rato sin
mucho que moleste. Al igual que el champán, su libro tiene una frescura
agradable al paladar, con un borde fuerte y picante a final. No hay riesgo de
resaca ya que su efecto acaba demasiado pronto.
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