domingo, 31 de marzo de 2013

HOMENAJE A MIGUEL HERMÁNDEZ.


“Que mi voz suba a los montes/ y baje a la tierra y truene,/ eso pide mi garganta/ desde ahora y desde siempre”.


 
Hace 71 años murió Miguel Hernández, con tan solo 31 años, en la enfermería de la prisión de Alicante. Su condena a muerte durante el franquismo ha llegado a la ONU. Dramaturgo y poeta español que cantó a la vida y a la libertad.
El suyo fue un pensamiento claro frente a la democracia y contra el autoritarismo, la fuerza y la injusticia, la Guerra Civil. Una de las tantas ideas de este poeta de quien en 2010 se conmemoró el centenario de su nacimiento en Orihuela (Alicante). Hernández falleció de tuberculosis el 28 de marzo de 1942 en el Reformatorio de Adultos de Alicante tras haber padecido un calvario de persecusión por parte del franquismo, pues estuvo en varias prisiones por haber defendido la República.
 

Ilustración Mihai Criste.

EL HOMBRE NO REPOSA ...
El hombre no reposa: quien reposa es su traje
cuando, colgado, mece su soledad con viento.
Mas, una vida incógnita como un vago tatuaje
mueve bajo las ropas dejadas un aliento.

El corazón ya cesa de ser flor de oleaje.
La frente ya no rige su potro, el firmamento.
Por más que el cuerpo, ahondando por la quietud, trabaje,
en el central reposo se cierne el movimiento.

No hay muertos. Todo vive: todo late y avanza.
Todo es un soplo extático de actividad moviente.
Piel inferior del hombre, su traje no ha expirado.

Visiblemente inmóvil, el corazón se lanza
a conmover al mundo que recorrió la frente.
Y el universo gira como un pecho pausado.



EL RAYO QUE NO CESA.
Me llamo barro aunque Miguel me llame.
Barro es mi profesión y mi destino
que mancha con su lengua cuanto lame.

Soy un triste instrumento del camino.
Soy una lengua dulcemente infame
a los pies que idolatro pegada.

Como un nocturno buey de agua y barbecho
que quiere ser critatura idolatrada,
embisto a tus zapatos y a sus alrededores,
y hecho de alfombras y de besos hecho
tu talón que me injuria beso y siembro de flores. (...)

viernes, 29 de marzo de 2013

VIERNES DE PASIÓN.

 
 
AL CRISTO DEL CALVARIO
GABRIELA MISTRAL
 
En esta tarde, Cristo del Calvario,
vine a rogarte por mi carne enferma;
pero al verte, mis ojos van y vienen
de tu cuerpo a mi cuerpo con vergüenza.

¿Cómo quejarme de mis pies cansados
cuando veo los tuyos destrozados?
¿Cómo mostrarte mis manos vacías,
cuando las tuyas están llenas de heridas?

¿Cómo explicarte a ti mi soledad,
cuando en la Cruz alzado y sólo estás?
¿Cómo explicarte que no tengo amor,
cuando tienes rasgado el corazón?

Ahora ya no me acuerdo de nada,
huyeron de mí todas las dolencias.
El ímpetu del ruego que traía
se me ahoga en la boca pedigüeña.

Y sólo pido, no pedirte nada,
estar aquí, junto a tu imagen muerta,
ir aprendiendo que el dolor es sólo
la llave santa de tu santa puerta.
 

Llora con lágrima de la noche.  La ciudad se sobrecoge y abre los ojos para ver por primera vez la misma semana santa que contempla todos los años. Crispa la cara y respira lentamente, con cuidado de no perderse ningún sentimiento, de llenarse la vista de Cristo en la cruz y María, llorosa, siguiéndole el paso.
 
La religiosidad popular camina por vías distintas a los mandamientos y las calles están más llenas que las iglesias, la tradición llega al alma y eriza el vello de creyentes, ateos e indiferentes, estremecidos ante el rigor de la ocasión.
Sobrio silencio castellano. Respeto marcado como ley por la fe popular. Suenan tambores y cornetas, tiemblan los cimientos y la procesión se pone de nuevo en marcha. Cruje el asfalto bajo los pies descalzos, mortificación para acompañar a Cristo.



Tras la esquina de alguna callejuela las farolas alumbran el manantial de sentimientos contradictorios, crédulos y dubitativos, altivos y sumisos, interrogantes y convencidos, firmes e indecisos que surgen de los fieles. De labios interrogantes surgen mil dudas, mil preguntas que quizá no tengan respuesta salvo en el fondo de unos corazones que nadie verá. La Pasión vive de manera diferente en cada pecho. Cada pecho vive de manera diferente la Pasión. Pasión individual, Pasión de todos.
 
Salvo bajo los capirotes; allí está toda la fe y el optimismo reunidos en cada penitente. Amor, fe, entrega, abnegación y humillación penan ocultándose bajo sayas de morado pasión. Un niño pequeño hecho un susto observa y pregunta; el padre contesta en voz muy baja que no hay explicación, que la clave es vivirlo sin querer interpretarlo, que es sólo pasión de penitentes.
 
 

jueves, 28 de marzo de 2013

L'ANY DE VICENT ANDRÉS ESTELLÉS.



Este año 2013 ha sido declarado el año de Estellés con el objetivo de recordar y dar a conocer al poeta de Burjassot en el 20è aniversario de su muerte. Vicent Andrés Estellés (Burjassot, l'Horta, 1924 - Valencia, 1993) es considerado el principal renovador de la poesía valenciana contemporánea y es también recordado como el poeta más grande que ha dado el País Valenciano, del siglo XV hasta la actualidad, es decir, desde la época d'Ausiàs March y Roís de Corella.
La vocación literaria se desveló muy pronto en Vicent Andrés Estellés, pero no por el lado de la poesía sino por el teatro, aunque alrededor de los años 1935-36 ya empezó a escribir poesía.

BIOGRAFÍA:
Cuando estalló la Guerra Civil Española tenía doce años y durante la misma aprendió el oficio de panadero y de orfebrería, si bien también aprendió mecanografía. La guerra influyó especialmente su obra, siendo la muerte un tema recurrente.
Más tarde pasó la juventud en Valencia, y se aficionó a la literatura de forma autodidacta. Los autores que más le influyeron en esta etapa fueron Baudelaire, Neruda, Eluard, Pavese, Walt Whitman, etc. el valenciano Ausiàs March, los catalanes Màrius Torres, Verdaguer, Josep Carner, Carles Riba, Rusiñol, Joan Salvat-Papasseit y el mallorquín, Bartomeu Rosselló-Pòrcel.
En el 1942, cuando tenía dieciocho años, se fue a estudiar periodismo en Madrid. Tres años después haría el servicio militar en Navarra. Con 24 años, volvió a Valencia y trabajó como periodista en el diario Las Provincias, haciendo todo tipo de reportajes. Entabla amistad con Joan Fuster, Xavier Casp y Manuel Sanchis-Guarner,1 escritores valencianos relevantes de la época, y conoce a Isabel, que marcaría también en su obra literaria.
En 1955 se casaría con ella, con la que tiene una hija que murió a los cuatro meses, anclándolo ya para siempre en el tema de la muerte en su obra, en particular el "Coral romput", inspirado en este hecho. En 1958 llegó a ser redactor jefe de "Las Provincias", hasta en el año 1978 en que fue sustituido por motivos políticos.2
Este despido le supuso una especie de jubilación anticipada a los 54 años, por lo que se pudo dedicar íntegramente a su obra, participando en muestras y otras actividades culturales. De hecho, en el mismo año 1978 recibe el Premio de Honor de las Letras Catalanas. En 1984 recibe el Premi de les Lletres Valencianes. Durante unos años se traslada a Benimodo, una localidad de la comarca valenciana de la Ribera Alta, y combina la poesía con la prosa. Recibe numerosos premios y homenajes, como el de los "Premis Octubre" en 1990.
 
ESTÉTICA POÉTICA:
La estética de Estellés ha sido descrita como “irada”, pues en ella existe una triple opresión.

- Personal: Describe una situación vital donde la persecución y la humillación son constantes. Donde autoafirmarse y actuar en consecuencia implica forzosamente esta situación. Muestra el amor como posibilidad de salvación y redención.
- Colectiva: Describe una vida colectiva donde existe la miseria económica, el miedo a ser reprendido socialmente y una situación de incultura que azota al pueblo, del que se siente parte.
- Nacional: Muestra un desgarro, una sensibilidad herida por el secuestro de una cultura, lengua y país. Sensible a la lucha por el pueblo valenciano y por la unidad de la nación catalana.

Existen entre sus motivos temáticas mas recurridos: La muerte, el amor y el erotismo, el hambre , la opresión política y la cotidianidad que sirve para enlazar estas temáticas desde una gran multiplicidad formal y tonal.

Es así como Vicent Andres Estellés entendía la poesía, como un regalo inesperado, como un tesoro, como una sorpresa. Y es su canto a la vida y a la gente que le envuelve, a su país y a su tierra, a la lengua en que hablaba y escribía, como se hizo escritor y periodista. Hasta el punto que se convirtió en el poeta valenciano más grande, más leído y más conocido de la historia de la nuestra literatura, y por todo el mundo.

M'HE ESTIMAT MOLT LA VIDA.
m’he estimat molt la vida,
no com a plenitud, cosa total,
sinó, posem per cas, com m’agrada la taula,
ara un pessic d’aquesta salsa,
oh, i aquest ravenet, aquell all tendre,
què dieu d’aquest lluç,
és sorprenent el fet d’una cirera.
m’agrada així la vida,
aquest got d’aigua,
una jove que passa pel carrer
aquest verd
aquest pètal
allò
una parella que s’agafa les mans i es mira els ulls,
i tot amb el seu nom petit sempre en minúscula,
com aquest passarell,
aquell melic,
com la primera dent d’un infant.
 
 
El pasado 21 de Marzo 2013  coincidiendo con el Día Mundial Poesía, se presentó en la Biblioteca Publica de Cocentaina el libro "LA VIDA CONTADA A UN NEN DEL VEÏNAT". Un libro donde se rocopilan poemas de Vicent Andres Estelles.



El libro es una antología dirigida a acercar a los niños y niñas, por primera vez, la obra de Vicent Andrés Estellés. Hay que empezar a dar a conocer los nuestros grandes poetas, que beban y anidan sus palabras. La poesía forma parte de nuestra cultura, pero a veces se olvida. Somos los adultos los responsables de alimentar la inteligencia y los sentimientos de los pequeños por asegurar su crecimiento integral, rico y diverso.

Un libro muy recomendable y no solo para niños, también para adultos por las ilustraciones que redondean el sentimiento que transmiten los poemas.






 

miércoles, 27 de marzo de 2013

LADRÓN DE REALIDADES.




Perfecto, es un niño que intenta dar respuesta a estas y a otras preguntas sobre la realidad que la rodea, los adultos y sobre él mismo. De esta forma construye sobre la imperfección del mundo, la posibilidad de ser genial.

PORQUE YO TAMPOCO SOY PERFECTO.
¿Quién es realmente perfecto?
¿Ser perfecto te hace feliz?
¿Las personas demasiado perfectas no resultan molestas?
Me da miedo convertirme, sin darme cuenta, en una persona ultraperfecta.
Me contemplé en el espejo
como si hubiera cambiado por completo,
pero era el mismo niño de antes.
Al niño de antes no le gusta mi nuevo yo,
pero a mi nuevo yo no le gusta el niño de antes.
Mi yo de ahora y el de antes están muy disgustados.
Los colores perfectos son los del arco iris.



jueves, 21 de marzo de 2013

DÍA MUNDIAL DE LA POESÍA.



En el día internacional de la poesía queremos hacer un homenaje a todos aquellos poetas que nos emocionaron cosiendo y entrelazando palabras. 
Un libro de poemas tiene una magia parecida a los cuentos maravillosos y de encantamiento…. Los poemas tienen secretas palabras para transformar las cosas, voces dormidas que esperan, palabras germinales que al leerlas crecen en la imaginación…   "Ana Pelegrín."
No existen palabras de poeta. Y es que la poesía no es más que el juego entre un tal sujeto poético y la mano del autor.



Soy necesaria al ponerse el sol
porque ¿quién vigilaría las estrellas?
¿quién miraría si cada trébol plegó sus hojas?
¿quién apagaría los fuegos encendidos?
¿acaso te preocuparía el ladrido lejano
de algún perro solitario?
Ya ves, ése es el momento
de mis preocupaciones.
Y camino como si llevara atadas a mi cintura
las llaves de la noche.
 

SOLO LA VOZ
 
(Zoraida Burgos/ Trad.: Carlos Vitale)
 Solo el viento
Enmudecido el viento,
inventamos el silencio, el equilibrio.
Solo la voz, el poema,
acerca espacios abiertos,
acoge el tiempo
—arena que sin piedad
corre y no se detiene—,
arraiga el instante, tan frágil.
Solo la voz, el poema,
descifra la clave, el sueño,
el sonido profundo de los muertos,
los signos ya oscuros de la mirada,
la herida ardiente de los amantes,
el rubor de las nubes
al amanecer,
el contraluz opaco del paisaje
y las lunas flotando sobre el agua.
Solo la voz, el poema,
disuelve el tiempo de los verbos,
somete el olvido.
El verso retiene en los dedos el gesto,
el escalofrío intacto de la piel.
 
 
POESÍA ¿ESTAS AHÍ?
 


Jugar al escondite
con imágenes y palabras.
Eso llamado vida,
o mentiras, por qué no.
Conseguir por un instante
ser inmortal.
 
 

Una pluma y un papel.
Contar sílabas y versos.
En palabras melancólicas
significados diversos.
 
 
 
Vocablos incomprensibles
sobre temas elevados.
Muerte, soledad, dolor
y amores no alcanzados.



viernes, 15 de marzo de 2013

LADRÓN DE REALIDADES.


  Ilustración Diego Agudelo.
 
MATEMÁTICAS PURAS.
-Xelo Llopis- 
 
A la suma de la estima
hay que restarle
el vacío que deja la ausencia,
después multiplicar
 por tres palabras dormidas
y por la ternura al cuadrado;
el resultado
... tú.

jueves, 14 de marzo de 2013

LA SIRENITA. Cuento Hans Christian Andersen.


El otro día buscando una información por internet me topé con está reseña, al menos un tanto curiosa. Lo que quizás muchos no saben es que a la base de uno de los cuentos usados por la corporación dueña de Mickey Mouse se esconde un amor gay que no pudo ser.

Hans Christian Andersen (1805-1875), el escritor y poeta danés, se enamoraba de hombres y mujeres inalcanzables, cuyos desaires inspiraban las tiernas historias que se compilan como clásicos universales para los más pequeños. La historia de La Sirenita, de hecho, fue su manera de sublimar la tristeza causada por el rechazo de Edvard Collin.





La idea original y musa de la historia de la sirenita, es en realidad el amor entre un hombre hacia otro hombre. (El autor era homosexual). Debido a que éste "otro hombre" amaba a una mujer, el autor fantaseaba sobre cómo sería si obtuviese cuerpo femenino para conquistar a su amor imposible, del mismo modo en que la sirena obtendría piernas para conquistar al príncipe humano. En cuanto supo que Collin se había comprometido con una dama, se le declaró: «Languidezco por ti como por una joven calabresa… mis sentimientos por ti son como los de una mujer. La feminidad de mi naturaleza y nuestra amistad deben permanecer en secreto». Collin lo rechazó y como resultado, Andersen escribió La Sirenita, donde la protagonista está imposibilitada de estar con su amado.

Andersen le envió el cuento a Collin en 1836 transformando La Sirenita en una de las grandes cartas de amor gay de todos los tiempos.

Aquí les dejo el cuento de LA SIRENITA, cada uno que le cambie el genero o escoja  la versión que que más le guste.



En el fondo del más azul de los océanos había un maravilloso palacio en el cual habitaba el Rey del Mar, un viejo y sabio tritón que tenía una abundante barba blanca. Vivía en esta espléndida mansión de coral multicolor y de conchas preciosas, junto a sus hijas, cinco bellísimas sirenas.
La Sirenita, la más joven, además de ser la más bella poseía una voz maravillosa; cuando cantaba acompañándose con el arpa, los peces acudían de todas partes para escucharla, las conchas se abrían, mostrando sus perlas, y las medusas al oírla dejaban de flotar.
La pequeña sirena casi siempre estaba cantando, y cada vez que lo hacía levantaba la vista buscando la débil luz del sol, que a duras penas se filtraba a través de las aguas profundas.
-¡Oh! ¡Cuánto me gustaría salir a la superficie para ver por fin el cielo que todos dicen que es tan bonito, y escuchar la voz de los hombres y oler el perfume de las flores!
-Todavía eres demasiado joven -respondió la abuela-. Dentro de unos años, cuando tengas quince, el rey te dará permiso para subir a la superficie, como a tus hermanas.
La Sirenita soñaba con el mundo de los hombres, el cual conocía a través de los relatos de sus hermanas, a quienes interrogaba durante horas para satisfacer su inagotable curiosidad cada vez que volvían de la superficie. En este tiempo, mientras esperaba salir a la superficie para conocer el universo ignorado, se ocupaba de su maravilloso jardín adornado con flores marítimas. Los caballitos de mar le hacían compañía y los delfines se le acercaban para jugar con ella; únicamente las estrellas de mar, quisquillosas, no respondían a su llamada.
Por fin llegó el cumpleaños tan esperado y, durante toda la noche precedente, no consiguió dormir. A la mañana siguiente el padre la llamó y, al acariciarle sus largos y rubios cabellos, vio esculpida en su hombro una hermosísima flor.
-¡Bien, ya puedes salir a respirar el aire y ver el cielo! ¡Pero recuerda que el mundo de arriba no es el nuestro, sólo podemos admirarlo! Somos hijos del mar y no tenemos alma como los hombres. Sé prudente y no te acerques a ellos. ¡Sólo te traerían desgracias!
Apenas su padre terminó de hablar, La Sirenita le di un beso y se dirigió hacia la superficie, deslizándose ligera. Se sentía tan veloz que ni siquiera los peces conseguían alcanzarla. De repente emergió del agua. ¡Qué fascinante! Veía por primera vez el cielo azul y las primeras estrellas centelleantes al anochecer. El sol, que ya se había puesto en el horizonte, había dejado sobre las olas un reflejo dorado que se diluía lentamente. Las gaviotas revoloteaban por encima de La Sirenita y dejaban oír sus alegres graznidos de bienvenida.
-¡Qué hermoso es todo! -exclamó feliz, dando palmadas.
Pero su asombro y admiración aumentaron todavía: una nave se acercaba despacio al escollo donde estaba La Sirenita. Los marinos echaron el ancla, y la nave, así amarrada, se balanceó sobre la superficie del mar en calma. La Sirenita escuchaba sus voces y comentarios. “¡Cómo me gustaría hablar con ellos!", pensó. Pero al decirlo, miró su larga cola cimbreante, que tenía en lugar de piernas, y se sintió acongojada: “¡Jamás seré como ellos!”
A bordo parecía que todos estuviesen poseídos por una extraña animación y, al cabo de poco, la noche se llenó de vítores: “¡Viva nuestro capitán! ¡Vivan sus veinte años!” La pequeña sirena, atónita y extasiada, había descubierto mientras tanto al joven al que iba dirigido todo aquel alborozo. Alto, moreno, de porte real, sonreía feliz. La Sirenita no podía dejar de mirarlo y una extraña sensación de alegría y sufrimiento al mismo tiempo, que nunca había sentido con anterioridad, le oprimió el corazón.
La fiesta seguía a bordo, pero el mar se encrespaba cada vez más. La Sirenita se dio cuenta en seguida del peligro que corrían aquellos hombres: un viento helado y repentino agitó las olas, el cielo entintado de negro se desgarró con relámpagos amenazantes y una terrible borrasca sorprendió a la nave desprevenida.
-¡Cuidado! ¡El mar...! -en vano la Sirenita gritó y gritó.
Pero sus gritos, silenciados por el rumor del viento, no fueron oídos, y las olas, cada vez más altas, sacudieron con fuerza la nave. Después, bajo los gritos desesperados de los marineros, la arboladura y las velas se abatieron sobre cubierta, y con un siniestro fragor el barco se hundió. La Sirenita, que momentos antes había visto cómo el joven capitán caía al mar, se puso a nadar para socorrerlo. Lo buscó inútilmente durante mucho rato entre las olas gigantescas. Había casi renunciado, cuando de improviso, milagrosamente, lo vio sobre la cresta blanca de una ola cercana y, de golpe, lo tuvo en sus brazos.
El joven estaba inconsciente, mientras la Sirenita, nadando con todas sus fuerzas, lo sostenía para rescatarlo de una muerte segura. Lo sostuvo hasta que la tempestad amainó. Al alba, que despuntaba sobre un mar todavía lívido, la Sirenita se sintió feliz al acercarse a tierra y poder depositar el cuerpo del joven sobre la arena de la playa. Al no poder andar, permaneció mucho tiempo a su lado con la cola lamiendo el agua, frotando las manos del joven y dándole calor con su cuerpo.
Hasta que un murmullo de voces que se aproximaban la obligaron a buscar refugio en el mar.
-¡Corran! ¡Corran! -gritaba una dama de forma atolondrada- ¡Hay un hombre en la playa! ¡Está vivo! ¡Pobrecito...! ¡Ha sido la tormenta...! ¡Llevémoslo al castillo! ¡No! ¡No! Es mejor pedir ayuda...
La primera cosa que vio el joven al recobrar el conocimiento, fue el hermoso semblante de la más joven de las tres damas.
-¡Gracias por haberme salvado! -le susurró a la bella desconocida.
La Sirenita, desde el agua, vio que el hombre al que había salvado se dirigía hacia el castillo, ignorante de que fuese ella, y no la otra, quien lo había salvado.
Pausadamente nadó hacia el mar abierto; sabía que, en aquella playa, detrás suyo, había dejado algo de lo que nunca hubiera querido separarse. ¡Oh! ¡Qué maravillosas habían sido las horas transcurridas durante la tormenta teniendo al joven entre sus brazos!
Cuando llegó a la mansión paterna, la Sirenita empezó su relato, pero de pronto sintió un nudo en la garganta y, echándose a llorar, se refugió en su habitación. Días y más días permaneció encerrada sin querer ver a nadie, rehusando incluso hasta los alimentos. Sabía que su amor por el joven capitán era un amor sin esperanza, porque ella, la Sirenita, nunca podría casarse con un hombre.
Sólo la Hechicera de los Abismos podía socorrerla. Pero, ¿a qué precio? A pesar de todo decidió consultarla.
-¡...por consiguiente, quieres deshacerte de tu cola de pez! Y supongo que querrás dos piernas. ¡De acuerdo! Pero deberás sufrir atrozmente y, cada vez que pongas los pies en el suelo sentirás un terrible dolor.
-¡No me importa -respondió la Sirenita con lágrimas en los ojos- a condición de que pueda volver con él!
-¡No he terminado todavía! -dijo la vieja-. ¡Deberás darme tu hermosa voz y te quedarás muda para siempre! Pero recuerda: si el hombre que amas se casa con otra, tu cuerpo desaparecerá en el agua como la espuma de una ola.
-¡Acepto! -dijo por último la Sirenita y, sin dudar un instante, le pidió el frasco que contenía la poción prodigiosa. Se dirigió a la playa y, en las proximidades de su mansión, emergió a la superficie; se arrastró a duras penas por la orilla y se bebió la pócima de la hechicera.
Inmediatamente, un fuerte dolor le hizo perder el conocimiento y cuando volvió en sí, vio a su lado, como entre brumas, aquel semblante tan querido sonriéndole. El príncipe allí la encontró y, recordando que también él fue un náufrago, cubrió tiernamente con su capa aquel cuerpo que el mar había traído.
-No temas -le dijo de repente-. Estás a salvo. ¿De dónde vienes?
Pero la Sirenita, a la que la bruja dejó muda, no pudo responderle.
-Te llevaré al castillo y te curaré.
Durante los días siguientes, para la Sirenita empezó una nueva vida: llevaba maravillosos vestidos y acompañaba al príncipe en sus paseos. Una noche fue invitada al baile que daba la corte, pero tal y como había predicho la bruja, cada paso, cada movimiento de las piernas le producía atroces dolores como premio de poder vivir junto
a su amado. Aunque no pudiese responder con palabras a las atenciones del príncipe, éste le tenía afecto y la colmaba de gentilezas. Sin embargo, el joven tenía en su corazón a la desconocida dama que había visto cuando fue rescatado después del naufragio.
Desde entonces no la había visto más porque, después de ser salvado, la desconocida dama tuvo que partir de inmediato a su país. Cuando estaba con la Sirenita, el príncipe le profesaba a ésta un sincero afecto, pero no desaparecía la otra de su pensamiento. Y la pequeña sirena, que se daba cuenta de que no era ella la predilecta del joven, sufría aún más. Por las noches, la Sirenita dejaba a escondidas el castillo para ir a llorar junto a la playa.
Pero el destino le reservaba otra sorpresa. Un día, desde lo alto del torreón del castillo, fue avistada una gran nave que se acercaba al puerto, y el príncipe decidió ir a recibirla acompañado de la Sirenita.
La desconocida que el príncipe llevaba en el corazón bajó del barco y, al verla, el joven corrió feliz a su encuentro. La Sirenita, petrificada, sintió un agudo dolor en el corazón. En aquel momento supo que perdería a su príncipe para siempre. La desconocida dama fue pedida en matrimonio por el príncipe enamorado, y la dama lo aceptó con agrado, puesto que ella también estaba enamorada. Al cabo de unos días de celebrarse la boda, los esposos fueron invitados a hacer un viaje por mar en la gran nave que estaba amarrada todavía en el puerto. La Sirenita también subió a bordo con ellos, y el viaje dio comienzo.
Al caer la noche, la Sirenita, angustiada por haber perdido para siempre a su amado, subió a cubierta. Recordando la profecía de la hechicera, estaba dispuesta a sacrificar su vida y a desaparecer en el mar. Procedente del mar, escuchó la llamada de sus hermanas:
-¡Sirenita! ¡Sirenita! ¡Somos nosotras, tus hermanas! ¡Mira! ¿Ves este puñal? Es un puñal mágico que hemos obtenido de la bruja a cambio de nuestros cabellos. ¡Tómalo y, antes de que amanezca, mata al príncipe! Si lo haces, podrás volver a ser una sirenita como antes y olvidarás todas tus penas.
Como en un sueño, la Sirenita, sujetando el puñal, se dirigió hacia el camarote de los esposos. Más cuando vio el semblante del príncipe durmiendo, le dio un beso furtivo y subió de nuevo a cubierta. Cuando ya amanecía, arrojó el arma al mar, dirigió una última mirada al mundo que dejaba y se lanzó entre las olas, dispuesta a desaparecer y volverse espuma.
Cuando el sol despuntaba en el horizonte, lanzó un rayo amarillento sobre el mar y, la Sirenita, desde las aguas heladas, se volvió para ver la luz por última vez. Pero de improviso, como por encanto, una fuerza misteriosa la arrancó del agua y la transportó hacia lo más alto del cielo. Las nubes se teñían de rosa y el mar rugía con la primera brisa de la mañana, cuando la pequeña sirena oyó cuchichear en medio de un sonido de campanillas:
-¡Sirenita! ¡Sirenita! ¡Ven con nosotras!
-¿Quiénes son? -murmuró la muchacha, dándose cuenta de que había recobrado la voz-. ¿Dónde están?
-Estás con nosotras en el cielo. Somos las hadas del viento. No tenemos alma como los hombres, pero es nuestro deber ayudar a quienes hayan demostrado buena voluntad hacia ellos.
La Sirenita, conmovida, miró hacia abajo, hacia el mar en el que navegaba el barco del príncipe, y notó que los ojos se le llenaban de lágrimas, mientras las hadas le susurraban:
-¡Fíjate! Las flores de la tierra esperan que nuestras lágrimas se transformen en rocío de la mañana. ¡Ven con nosotras! Volemos hacia los países cálidos, donde el aire mata a los hombres, para llevar ahí un viento fresco. Por donde pasemos llevaremos socorros y consuelos, y cuando hayamos hecho el bien durante trescientos años, recibiremos un alma inmortal y podremos participar de la eterna felicidad de los hombres -le decían.
-¡Tú has hecho con tu corazón los mismos esfuerzos que nosotras, has sufrido y salido victoriosa de tus pruebas y te has elevado hasta el mundo de los espíritus del aire, donde no depende más que de ti conquistar un alma inmortal por tus buenas acciones! -le dijeron.
Y la Sirenita, levantando los brazos al cielo, lloró por primera vez.
Oyéronse de nuevo en el buque los cantos de alegría: vio al Príncipe y a su linda esposa mirar con melancolía la espuma juguetona de las olas. La Sirenita, en estado invisible, abrazó a la esposa del Príncipe, envió una sonrisa al esposo, y en seguida subió con las demás hijas del viento envuelta en una nube color de rosa que se elevó hasta el cielo.





domingo, 10 de marzo de 2013

QUIÉN DE TU VIDA BORRARÁ MI RECIERDO.


Ilustración Michael Breyette.
Quién de tu vida borrará mi recuerdo
y te hará olvidar este amor
hecho de sangre y dolor.
¡Pobre Amor! que nos vio a los dos llorar
y nos hizo también soñar y vivir.
¿Cómo dejó de existir?
Hoy que se ha perdido,
déjame recordar el fuerte latido
del adiós del corazón que se va,
sin saber a dónde irá.
Pero sé que no volverá este amor
¡pobre Amor!

viernes, 8 de marzo de 2013

8 DE MARZO, DÍA DE LA MUJER




Del vientre fecundo de la historia,
de su paridad umbilical,
despierta el hemisferio femenino,
alma mater de toda identidad.
 
Del matriarcado de la tierra,
de nuestro patrimonio original,
los hijos de este tiempo cosechamos,
el fruto de una gesta singular.
 
Del sudor, la sangre y la palabra,
unidos conseguimos alcanzar,
las faldas de sueños ancestrales,
utopía, esperanza y equidad.
 
Dulce aurora recibe los votos,
por la paz y futuro esplendor,
por la eterna primavera femenina
y el reinado feliz de su flor.


 Autor: Hugo Cuche Carvajal.

 


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¿QUÉ ES SER... MUJER?



Ser.  Ser mujer, es maravilloso,  es atroz,  grandioso y sublime,  es también complejo...

Ser mujer sonriente,  a pesar de los días de rosas rojas,  en la mañana alegre y al instante alterada, pero de besos ardientes, de brazos firmes para abarcar al hijo, al esposo, al novio, al amante, al hermano, a la hermana, al amigo, a todos...

Con sus manos delicadas que construyen y fabrican cosas firmes, acarician tu cara, sanan heridas sangrantes y del alma, con sus labios tibios... Labios de mujer, que no te agarren en mala hora porque desbaratan, pero que mieles destilan cuándo son amorosas.

Ser mujer, escudo, guarda, discreción, pero también explosión...  a veces es incomprensible.

¿Qué ser  tan extraño? ¿Verdad?  Pero necesario, mil veces necesario.

Ser mujer, no es fácil, pero lo es casi todo...