domingo, 28 de agosto de 2022

Y VOSOTROS, MARES.

 
 
 
Y vosotros, Mares, que leíais en más vastos sueños, ¿nos abandonaréis una noche a los rostros de la Ciudad, entre la piedra pública y los pámpanos de bronce?
 
Más grande, oh muchedumbre, es nuestra audiencia en esta vertiente de una edad sin ocaso: el Mar, inmenso y verde corno una aurora en el oriente de los hombres,
 
El Mar en fiesta sobre sus gradas como una oda de piedra: vigilia y fiesta en nuestras fronteras, murmullo y fiesta a la altura de los hombres -el Mar mismo nuestra vigilia, corno una promulgación divina…
 
El olor fúnebre de la rosa no ha de cercar ya las rejas de la tumba; la hora viva en las palmeras no ha de encubrir ya su alma de extranjera… Nuestros labios de vivientes, ¿fueron amargos alguna vez?
 
He visto sonreír en las hogueras de alta mar la inmensa cosa en feria: el Mar en fiesta de nuestros sueños, como una Pascua de heno verde y como fiesta que se santifica,
 
Todo el Mar en fiesta de confines, bajo su halconera de nubes blancas, como dominio de franquicia y como tierra de manos muertas, como provincia de mala hierba que hubiese sido jugada a los dados…
 
¡Inunda, oh brisa, mi nacimiento! ¡Y que mis auspicios
 
se marchen al circo de más vastas pupilas!… Las azagayas del Mediodía vibran a las puertas del júbilo. Los tambores de la nada se rinden ante los pífanos de la luz. ¡Y el Océano, aplastando de una parte a otra su carga de rosas muertas,
 
Sobre nuestras terrazas de calcio levanta su cabeza de Tetrarca!
 

sábado, 27 de agosto de 2022

LOS POCOS AFORTUNADOS.

 

El uno vea su márbreo cuello,
el otro, su firme torso ya adulto
y ambos se preguntarán qué fue aquello
que por todo lo alto quedó, y no oculto.

Y ambos qué dieran por no sufrir de ello,
obsequios son tormento con indulto.
Sin inmutarse pasará el tumulto
tan incapaz de contemplar lo bello.

Ni sobornada vería la caterva
la opulencia del mozo descubierta
cuando no sean el que admirado observa.

Ni es la ruda plebe gente despierta,
ni posee el don profundo en Minerva
cuando haya miel para lengua experta.
 

viernes, 26 de agosto de 2022

EL SINO DE ESTA NOCHE.

 
 
¿De quién es esta noche?
Cabecean fulgores.
Toda la ventana es pérfida,
El peligro, plateada sierpe, duerme.
 
Anda a tientas con blancos
y vacuos bulbos ciegos
quien tú serías mañana.
Le acecha un puente oculto. Apenas llegue,
su botella de vino resonará vacía
en las olas sin patria.
¿De quién es esta noche?
 
 

martes, 23 de agosto de 2022

EL MATARIFE. Sándor Márai.

“El matarife” es la ópera prima de Sándor Márai. Es un relato breve, hasta ahora inédito en España. La historia refleja la transformación de un hombre durante la Primera Guerra Mundial.
 
SINOPSIS:
Un retrato lúcido e inmisericorde de un ser humano -matarife por vocación, soldado por necesidad- privado de sentimientos.
En El matarife, Sándor Márai -uno de los grandes escritores del siglo XX- reflexiona con brillantez y hondura hasta qué punto un ser humano puede modificar su propia naturaleza sometido a los estragos de una guerra despiadada y cruel.
Sándor Márai ha sabido concentrar en un solo personaje el irreprimible trastorno psíquico que condujo a la Primera Guerra Mundial, con la irónica distancia y la fría concisión de un cronista, como algo perteneciente a una nueva y aterradora normalidad de la que es imposible salir indemne.
 
 
 
 
 
 
La historia que narra es sencilla. El ascenso a categoría criminal de un niño nacido en una ciudad del margraviato de Bradeburgo, cerca de Berlín, en los años finales del S. XIX.
“El matarife” ya tiene las señales de identidad del estilo del escritor húngaro. En esta novela corta, un relato lúdico, destellos de humor negro e inmisericorde de un ser humano privado de sentimientos.
El escritor reflexiona con brillantez y hondura hasta qué punto el ser humano puede modificar su propia naturaleza sometidos a los estragos de una guerra despiadada y cruel.
Otto Schwartz fue concebido en una noche signada por la violencia. Ese día, en el circo al que acudieron sus padres, un oso polar devoró de un mordisco la cabeza de su adiestradora. Nueve meses después nació el niño. En los albores de la Primera Guerra Mundial, Otto –hijo de un guarnicionero- es testigo de la matanza de un buey. El hecho, anecdótico, echa profundas raíces en el alma del joven, que sólo encuentra desde aquel momento razón de ser en la profesión de matarife, a pesar de las negativas paternales.
Privado desde el nacimiento de amor maternal. El protagonista se descubre como un niño carente de sentimientos, incapaz de sentir empatía, y protagoniza un desagradable castigo contra una niña de la escuela.
Tras un breve servicio militar, Otto es acompañado por su padre a la capital, en la que ejercerá como matarife en diversos mataderos del extra-radio. Pronto será llamado a filas, en el frente dará rienda suelta a una crueldad inusitada, sacrificando en la trituradora de la guerra por un imperio que premia la barbarie. A lo largo del libro, Márai analiza los procesos psicológicos que resultan de la fiebre nacionalista y castrense. En medio de la guerra, le hará merecedor de un reconocimiento militar.
Se lee de un tirón y no sin pocos escalofríos. Me ha resultado asombroso como una historia en apariencia tan simple puede enganchar con tanta facilidad, sin que quieras dejar de leer. Y también es de valorar la cantidad de temas que toca, aunque sea de pasada y con la intención de generar debate en el propio lector.
“El matarife” es una fábula moderna, brutal y al mismo tiempo contemporánea.
 
“El matarife” es una novela inquietante, el tono desapasionado de la obra adquiere una dimensión aterradora a medida que el narrador relata con aparente neutralidad los episodios de crueldad de Otto, en especial durante los años de guerra.
Una pieza corta en la que el lector comprueba que Márai es tan preciso en sus frases, ya es un maestro en el manejo del detalle, de su poder sintético y revelador, de su capacidad de hondura en el conocimiento de la psicología.
Porque el escritor húngaro tiene el don de la indagación del alma. Entrar en las páginas de sus novelas es rebuscar en los corazones de sus personajes para encontrar sus fisuras y los momentos claves que definieron sus vidas. Su prosa logra una mezcla de romanticismo, belleza y psicoanálisis que resulta devastadora por las verdades que deja al descubierto. Es autentico a la hora de narrar los hechos de mayor dramatismo con una deliberada ligereza que se transforma de pronto en un estallido de impulsos y acciones no contralados por la razón.
La historia de “El matarife” nace y muere de la violencia más extrema, primitiva y pura. Está construida por sangre y palabras, de cada línea rezuma el hedor de los últimos minutos, el fin de la lucha por la supervivencia.
 
Su personaje principal es revulsivo y repulsivo. La novela se ubica en el contexto de la Primera Guerra Mundial y el autor perfila a su personaje con rasgos caricaturescos: grandote, bobo, torpe e insensible hasta límites insospechados. Incluso, su concepción en el vientre de su madre tiene algo de monstruoso y atroz.
El indolente Otto Schwartz es una ejemplo escalofriante de abyección salvaje: para él matar animales es un desolladero berlinés o soldados enemigos en el frente no supone una gran diferencia, sino una suerte de vocación. Sándor Márai ha sabido concentrar en un solo personaje el irreprimible trastorno psíquico que condujo a la Primera Guerra Mundial.
Su Otto encarna lo peor de la guerra y describe los defectos de la ignorancia y los regímenes totalitarios ya que, el sobrecogedor relato que encierran estas páginas no se detiene a su regreso del campo de batalla, sino que traslada esa batalla interna frente a un inolvidable hijo de su época que se empeñó en enfrentarlo continuamente contra sí mismo.
 
En esta novela llena de matices de colores y personaje singular, nos adentra en una trama donde la redención y el perdón también son el fruto de la desgracia.