viernes, 31 de marzo de 2017

NOCTURNO DE CRISTAL.



 

Abajo los cisnes
cobijan la luna bajo sus alas.
¿Quién ha sembrado el fondo negro
de anzuelos de oro?
Las hojas de los árboles
sobre el estanque sueñan
con un viaje a ultramar.
Me ha tentado el suicidio
y al mirarme en el espejo
me ha espantado mi doble
ahogándose en el fondo.

miércoles, 29 de marzo de 2017

LA PRIMAVERA.



 



La gran fiesta ha comenzado:

la señorita Margaza

ya tiene vestido blanco.

¡Si vieras qué guapa estaba,

de blanco, siempre de blanco!

Y el cardón,

el cardón de los barrancos

estiraba perezoso

sus brazos altos, muy altos.

 Y aunque ya sé

que lo sabes,

que te lo han contado tanto:

levántate tempranito,

corre deprisita al campo,

y allí,

donde nadie te vea,

escucha cómo florecen

una y mil flores,

muy nuevas,

y tabaibas agridulces,

y balos de las laderas,

porque…

aunque siempre te lo dicen

los locos y los poetas,

no hay como salir de casa

y transformarse en silencio

en mariposa, flor… o abeja.

martes, 28 de marzo de 2017

NANAS DE LA CEBOLLA. 75 años sin Miguel.





Ilustración autor desconocido.
 
 
La cebolla es escarcha
cerrada y pobre.
Escarcha de tus días
y de mis noches.
Hambre y cebolla,
hielo negro y escarcha
grande y redonda.

En la cuna del hambre
mi niño estaba.
Con sangre de cebolla
se amamantaba.
Pero tu sangre,
escarchada de azúcar,
cebolla y hambre.

Una mujer morena
resuelta en luna
se derrama hilo a hilo
sobre la cuna.
Ríete, niño,
que te traigo la luna
cuando es preciso.

Alondra de mi casa,
ríete mucho.
Es tu risa en tus ojos
la luz del mundo.
Ríete tanto
que mi alma al oírte
bata el espacio.

Tu risa me hace libre,
me pone alas.
Soledades me quita,
cárcel me arranca.
Boca que vuela,
corazón que en tus labios
relampaguea.

Es tu risa la espada
más victoriosa,
vencedor de las flores
y las alondras
Rival del sol.
Porvenir de mis huesos
y de mi amor.

La carne aleteante,
súbito el párpado,
el vivir como nunca
coloreado.
¡Cuánto jilguero
se remonta, aletea,
desde tu cuerpo!

Desperté de ser niño:
nunca despiertes.
Triste llevo la boca:
ríete siempre.
Siempre en la cuna,
defendiendo la risa
pluma por pluma.

Ser de vuelo tan alto,
tan extendido,
que tu carne es el cielo
recién nacido.
¡Si yo pudiera
remontarme al origen
de tu carrera!

Al octavo mes ríes
con cinco azahares.
Con cinco diminutas
ferocidades.
Con cinco dientes
como cinco jazmines
adolescentes.

Frontera de los besos
serán mañana,
cuando en la dentadura
sientas un arma.
Sientas un fuego
correr dientes abajo
buscando el centro.

Vuela niño en la doble
luna del pecho:
él, triste de cebolla,
tú, satisfecho.
No te derrumbes.
No sepas lo que pasa ni
lo que ocurre.