domingo, 29 de marzo de 2020

LA ESPERA Y LA ESPERANZA.




No es la esperanza, no. Sólo es la espera
lo que fijo me tiene a tu querencia.
tu palpable regreso a mí, evidencia
una ignorada ansia pasajera.

Si mucho es esperarte, aún más fuera
esperanzarte. Ciega mi impotencia,
no sabe de accidentes ni de esencia.
De ahí, el querer, quizás lo que no quiera.

Para esperarte tengo el sentimiento.
Esperanzado, nada tengo. Un viento,
acaso, que me enlaza a lo lejano.

La esperanza es un premio gratuito
a la espera; un don casi infinito
por un merecimiento casi humano.

sábado, 28 de marzo de 2020

LA LUZ DE LUNA ENTRÓ POR LA VENTANA.






La luz de luna entró por la ventana,

tocó apenas el libro

y levantó la tapa.

Un resplandor. Un brillo...

Un rayo de cristal movió las páginas

donde el señalador sobresalía

como una espada.



De pronto, entre las sábanas,

un caballo rosado, pequeñito,

que tenía

un cuerno caramelo

en medio de su frente,

cabalgó hasta la almohada.



- ¡Hace frío en mi cuento! -

me susurró al oído.

Le hice un sitio en la cama.

Duraznos en almíbar

parecían sus ojos

cada vez que la luna lo alumbraba.

viernes, 27 de marzo de 2020

CONTRA LA SEDUCCIÓN.


 Ilustración Kazami-風海.


No os dejéis seducir:
no hay retorno alguno.
El día está a las puertas,
hay ya viento nocturno:
no vendrá otra mañana.
No os dejéis engañar
con que la vida es poco.
Bebedla a grandes tragos
porque no os bastará
cuando hayáis de perderla.
No os dejéis consolar.
Vuestro tiempo no es mucho.
El lodo, a los podridos.
La vida es lo más grande:
perderla es perder todo.

domingo, 22 de marzo de 2020

EN TIEMPOS DE PANDEMIA. #YoMeQuedoEnCasa.


 

Y la gente se quedó en casa. Y leía libros y escuchaba. Y descansaba y hacía ejercicio. Y creaba arte y jugaba. Y aprendía nuevas formas de ser, de estar quieto. Y se detenía. Y escuchaba más profundamente. Algunos meditaban. Algunos rezaban. Alguno bailaban. Algunos hallaron sus sombras. Y la gente empezó a pensar de forma diferente.

Y la gente sanó. Y, en ausencia de personas que viven en la ignorancia y el peligro, sin sentido y sin corazón, la Tierra comenzó a sanar.

Y cuando pasó el peligro, y la gente se unió de nuevo, lamentaron sus pérdidas, tomaron nuevas decisiones, soñaron nuevas imágenes, crearon nuevas formas de vivir y curaron la tierra por completo, tal y como ellos habían sido curados.