Bienaventurada
comunión del cielo y de la tierra, en sus inmensidades y sus luminosos matices.
Y la humanidad, en el centro y sin embargo tan pequeña, tan derecha y sin
embargo tan frágil – en plena vacilación entre la sombra y la luz. Resuelta, al
parecer, a desposarse con el infinito. Querría recordar que estoy allí.
Mickaël Lootens.
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