jueves, 1 de mayo de 2014

DIVINIDAD IGNORADA (Poema inédito)



 


Déjame invocarte, dios de la diversidad seductora,

a la que tantos se refieren con el nombre de “vicio”.


Déjame ofrendarte esta pobre corona, y sé me otro día

(pues te agradezco) propicio al menos como anoche.

Envuélveme en una atmósfera de músicas y sombra,

y rodéame de tantos cuerpos bellos, en los que pone

juventud todas sus flores; los ojos indonesios, el mar

mineral de una mirada, los torsos deliciosos,

las ajustadas piernas, el pecho portentoso y lineal,

la piel de oro por la que navegaran tantos bajeles

griegos. O esas otras oscuras, rozadas de amuletos,

en las que brilla el jaspe sobre un rubio desierto.


Rodéame de palabras y tactos, de humedad

y perfumes terrenales, y que adivine yo que hay

lechos preparados. Envuélveme en tanto tropel de

seducciones, sé me propicio de nuevo, y no te importe

que sea mucho el deseo y me veas arder, y me

coma la llama. Rodéame en belleza, como un manto,

y muera, si es preciso, en el beso más oscuro de tus labios.


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