jueves, 18 de octubre de 2012

ESTA MANO QUE TODOS VEN.

El tema de la ausencia, no oculta la regla de su composición. Recuerdos, nostalgias, noches y deseos, ruinas y fracasos, vida y muerte son como sonoras palabras que abrevian una larga experiencia. El follaje es espeso, acaso intenso, pero la flor íntima ¿dónde encontrarla? La dulzura y el calor íntimo lo protegen, su presencia no puede reducirse a la suma de palabras que lo compone. Alegorías de cosas que van sucediendo, casi clandestinas en apariencias comunes.
 El encuentro de los amantes, los rostros perdidos y los besos obligados. Y el cansancio. Y el desmoronamiento. Todos los estados del alma, en una confesión íntima, en su concepción más poética, creando y recreando una y otra vez, sin concesión alguna, la estética del pesimismo y la esética del dolor.


Ilustración Nacho Castro.

Esta mano nerviosa y pequeña que todos ven,
esta mano de uñas pintadas y piel frágil
ha cometido sin temblar
oscuros asesinatos fracasados
y algún suicidio rencoroso
en el abandono de la almohada y las lágrimas.
Esta mano ha mentido en salones y calles
con ceremonias usadas y ajenas.
En habitaciones oscuras, esta mano
ha huido de la ternura,
pero lenta como ola de aceite
ha dado placer a los cuerpos.
Esta mano ha ordenado en filas las palabras
para llevarlas al abismo
y hacerlas decir ya sin aliento
del esplendor de las pobres emociones,
del desplome de las ruinas aún en pie,
de la sal viva en las pestañas.
Esta mano ha robado en duermevela
cosas que nunca se atrevió a hacer suyas
y ahora en su palma sólo tiene roces
y el vacío en el que estuvo otra mano.
Esta mano tiene atravesadas las líneas
de una vida que se perdió
porque no supo, no comprendió, no quiso.


 


Libro de poemas "Hola, soledad".

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