El
coraje de los que se miran en el espejo por la mañana y articulan distintamente
algunas de estas palabras sólo para sí mismos: “¿Tengo derecho a equivocarme?”
Justo estas palabras … El coraje de mirar su vida frente a frente, de no ver
allí nada ajustado, nada armonioso. ¿El coraje de romperlo todo, de saquear
todo por egoísmo? ¿Por egoísmo puro? Pero no, sin embargo … ¿Entonces qué es
esto? ¿Instinto de supervivencia? ¿Lucidez? ¿Miedo a la muerte? El coraje de
enfrentarse. Por lo menos una vez en su vida. De enfrentarse, sí. Consigo mismo. Sólo él mismo. Por fin. ¿”El
derecho a equivocarse“, una expresión
minúscula, un pequeño final de frase, pero quién te lo dará? ¿Quién, salvo tú?
Anna
Gavalda.
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