Barajando
recuerdos
me
encontré con el tuyo.
No
dolía.
Lo
saqué de su estuche,
sacudí
sus raíces
en
el viento,
lo
puse a contraluz:
Era
un cristal pulido
reflejando
peces de colores,
una
flor sin espinas
que
no ardía.
Lo
arrojé contra el muro
y
sonó la sirena de mi alarma.
¿Quién
apagó su lumbre?
¿Quién
le quitó su filo
a
mi recuerdo-lanza
que
yo amaba?
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