De
María Oruña he leído las otras dos novelas protagonizadas por Valentina y su
equipo junto con Oliver. “Puertoescondido” me encantó, fue un libro que disfruté muchísimo y con el que
descubrí a la autora. Para ser su primera novela estaba bien escrita y su trama
es de las que no puedes dejar de leer. En cuanto publicó “Un lugar a donde ir” no me lo pensé dos veces y allá que fui a
hacerme con él.
Con
su tercera novela “Donde fuimos
invencibles” vuelve a crear una intriga fabulosa en tierras cántabras. Una
historia llena de claves donde todos los personajes tienen algo que contar y
ocultar.
SINOPSIS: El verano está
terminando y la teniente Valentina Redondo está contando los días para empezar
sus vacaciones. Pero algo insólito sucede en el centro mismo del pueblo costero
de Suances: el jardinero del antiguo Palacio del Amo ha aparecido muerto en el
césped de esa enigmática propiedad.
El
palacio es una de las casonas con más historia de los alrededores, y después de
permanecer mucho tiempo deshabitada, el escritor americano Carlos Green,
heredero de la propiedad, ha decidido instalarse temporalmente en el lugar
donde vivió sus mejores veranos de juventud. Pero la paz que buscaba se verá
truncada por el terrible suceso, y aunque todo apunta a una muerte por causas
naturales, parece que alguien ha tocado el cadáver, y Carlos confiesa que en
los últimos días ha percibido presencias inexplicables a la razón.
A pesar de que Valentina
es absolutamente escéptica en torno a lo paranormal, tanto ella como su equipo,
e incluso su pareja, Oliver, se verán envueltos en una sucesión de hechos
insólitos que les llevarán a investigar lo sucedido de la forma más
extravagante y anómala, descubriendo que algunos lugares guardan un
sorprendente aliento atemporal y secreto y que todos los personajes tienen algo
que contar y ocultar.
De
nuevo, como es habitual en esta autora, pasado y presente se entrelazan en la
trama. En esta ocasión la estructura tiene tres partes bien diferenciadas. En
la narración correspondiente al presente tendréis la investigación propiamente
dicha que llevan a cabo Valentina Redondo y su equipo junto con la evolución
personal de la relación entre los dos protagonistas. Además, asistiremos a las
clases de un seminario que está impartiendo el profesor Machín relacionadas
directamente con un intento de dar explicaciones racionales y lucidez a los
fenómenos paranormales.
La
voz del pasado, además en primera persona, corre a cargo de Carlos Green del
que iremos leyendo fragmentos del borrador de una novela autobiográfica que
está escribiendo en la que rememora su vida y los felices veranos que pasó en
la finca Quinta del Amo cuando venía a pasar las vacaciones con su abuela.
La
voz narrativa de la trama entrelaza muchos temas: cadáveres, un libro antiguo y
valioso que no aparece por ningún sitio, fantasmas y sucesos inexplicables, una
estrella de cine Hollywood, el surf y la añoranza de la juventud. Misterios y
secretos del pasado en los que la intriga y el suspense os acompañan en el estilo
inconfundible de esta autora, cuya característica es profundizar siempre en sus
libros en el lado oscuro del alma humana.
Enfrentarse
a un libro de María Oruña es un reto a nuestra inteligencia y sagacidad. La
escritora viguesa, en esta ocasión os propone la resolución de enigmas con un
componente mistérico y paranormal.
Sabadella,
Rovero y Valentina regresan con una novela que arranca con calma situando al
lector, poco a poco, para ir cogiendo ritmo hasta llegar a un final que cierra
sin fisura alguna todos los misterios que había ido abriendo la escritora a lo
largo de este título.
Es
decir, con un juego de tramas, María Oruña consigue mantener nuestra atención
en las diversas ramificaciones del
relato, que según va avanzando la novela van confluyendo en una única trama
donde todos los protagonistas se juntan para encontrar una explicación a los
hechos inusuales que se van sucediendo en el desarrollo de la novela que tiene
una estructura de thriller.
Destacar
como ha sabido llevar la trama, una trama muy bien hilada y adictiva. Potente.
Sabe dosificar muy bien la tensión para que te mantengas intrigado y que, a
pesar del tema paranormal, sigas leyendo sin descanso.
Prosa
ágil, amena y fresca, con un estilo fluido y directo que favorece la lectura.
Como resultado, sea una novela en la que las piezas van encajando de forma perfecta
a lo largo de sus páginas, en la que la autora viguesa ha hilado fino para que
nada quede sin explicación, y para que la investigación policial sea perfecta y
se unan de muy buena manera el mundo policial, el científico y el pseudocientífico.
Otra
cosa que me ha gustado mucho es la documentación que ha realizado la autora,
cuenta la historia real de los propietarios del palacio, las descripciones del
lugar, el aura de misterio en torno a la casa y sus antiguos moradores. Así,
convierte al edificio en un protagonista más de la novela.
Por
último, otro aspecto interesante son las explicaciones que el profesor Machín
da en sus clases de teoría científica sobre los fenómenos paranormales.
La
escritora ha sabido documentarse bien sobre el tema. En mi opinión cuando un
escritor opta por tocar temas paranormales, es lógico que el lector sienta una
cierta desconfianza sobre la resolución final del libro. Sin embargo, la
autora, es capaz de llegar a un cierre natural que contente incluso a los
lectores más quisquillosos, y eso es algo que valoro mucho más que los giros
por los que optan otros escritores, que parecen preferir la espectacularidad a
la credibilidad en sus obras.
No
cabe duda María Oruña vuelve a mostrarse como una magnífica tejedora de
historias, mezclando siempre de forma notable presente, pasado, elementos
históricos y misterios para hacer de sus libros una experiencia lectora única.
Para
los más fieles, por supuesto, también os reencontraréis con algunos de los
personajes más conocidos de anteriores novelas. Como adelanto, os revelo, que
seguiréis la evolución de los dos personajes principales de esta trilogía, Valentina
y Oliver, donde parece que la calma ha llegado de muchas maneras a sus vidas. A
partir de aquí, por mero respeto a los que aún no las habéis leído y estáis
tentados… prefiero no dar nombres, que sea un misterio quiénes sobreviven o
tienen un papel más relevante de lo que parecía.
Es
incuestionable el mérito y la habilidad literaria de esta autora viguesa, la
fuerza de los libros de Oruña radica en la creación de todo un universo propio
de personajes y personalidades psicológicamente bien definidos. Para que
choquen unos con los otros, creando las confrontaciones, malentendidos y acuerdos
necesarios. Un conjunto de personajes con secretos, sombras y un pasado oculto
que, a través de una serie de pistas, convergen en el presente y desemboca en
uno de los finales más trepidantes a los que os tiene acostumbrados la autora.
Con sus amores, miedos e ilusiones.
Todo
ello envuelto en unas tramas, en las que, como un laberinto del que debéis
salir, la autora os va dejando pistas tras pista hasta conduciros y revelaros
un desenlace asombroso que podéis ubicar en la mejor tradición de las novelas de
intrigas.
María
Oruña va creciendo como escritora y cada vez se propone más retos que superar.
En esta ocasión, mantiene la intriga de
manera creciente y juega más con una literatura de calado.
En
definitiva, “Donde fuimos invencibles”
es la tercera novela de la saga formada por el por la teniente Valentina y Oliver, una novela
negra que me ha resultado muy
entretenida e interesante por los temas tratados, bien construida y con un
final coherente que me ha convencido y que desarrolla una historia de ficción
en torno a un lugar atemporal, un palacete cargado de historia y secretos de
otra época. Una novela que he disfrutado y os recomiendo leer.
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